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Más dirigentes que afiliados en los sindicatos policiales

Los 3.680 delegados de 16 entidades disfrutan de cuatro días de libranza extra al mes

Trabajadores del sector público participan en una huelga en Lisboa para exigir una mejora en horas semanales y un incremento de los salarios.
Trabajadores del sector público participan en una huelga en Lisboa para exigir una mejora en horas semanales y un incremento de los salarios. Manuel De Almeida (EFE)

 “Es una vergüenza”. Lo que piensa, pero calla, casi todo Portugal, por fin lo ha declarado el presidente del mayor sindicato policial del país. La vergüenza a que se refiere es la proliferación de asociaciones profesionales en el cuerpo. Aunque no lo dice, el líder sindical no ve detrás de esto un afán compulsivo de asociacionismo sino la gran sombra de abusar de unas prebendas legales que, hasta para él, se antojan excesivas.

Ya son 16 los sindicatos policiales, incluso hay uno que se llama unificado. En febrero nació el último de estos sindicatos-paraíso y ya cuenta con 451 socios, pero lo más asombroso es que tiene 459 dirigentes, es decir, que ocho jefes no tienen ni a quién dirigir. Peor lo deben pasar los 36 dirigentes del Sindicato de Policía de Oporto, que se tienen que pelear por dirigir a alguno de sus 24 socios. El abstracto título de dirigente podría valer lo mismo que un máster de Cifuentes, pero en el caso de la legislación laboral portuguesa se le concede claramente al dirigente cuatro días libres al mes en concepto de horas sindicales.

De los 16 sindicatos hay tres que tienen más dirigentes que asociados. En total suman 3.680 dirigentes y delegados, según las estadísticas anuales de Diário de Notícias.

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La situación no es nueva, solo se agrava año tras año. En el Parlamento descansa un proyecto de ley para acabar con la situación, pero necesita los votos favorables de dos tercios de la Cámara para salir adelante, y con los políticos hemos topado: los de la izquierda creen que endurecer las condiciones para formar un sindicato, o reducirles las fiestas, va contra la representatividad de los trabajadores y los derechos sindicales consagrados en la Constitución; en el otro extremo, los políticos de la derecha se oponen porque quieren que la reforma se aplique a todos los sectores laborales y no solo al gremio policial.

Entretanto, los dirigentes sindicales de la policía se tomarán este año unos 37.000 días de fiesta, también llamadas, en su caso, “horas sindicales”. Y, con casi total seguridad, nacerá algún sindicato más, eso sí, libre e independiente.

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