_
_
_
_
MIRADOR
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Náufragos

Si en el pasado los que se sentían fuera del sistema eran los analfabetos, ahora lo son los analfabetos tecnológicos

Julio Llamazares
Sucursal del Banco Santander y del Banco Popular en Madrid
Sucursal del Banco Santander y del Banco Popular en Madrid ANDREA COMAS

A la entrada de las oficinas bancarias, ancianos y no tan ancianos se abalanzan sobre el primero que llega pidiéndole ayuda para hacer las operaciones que el banco les obliga a realizar en el cajero, que son casi todas, a fin de reducir gastos en personal. La escena se repite en hospitales, oficinas, gasolineras, aeropuertos, estaciones de tren y de autobús, supermercados y tiendas self-service,y prácticamente en todos los sitios en los que el consumidor tiene que hacérselo todo, incluso pagar, porque las máquinas han sustituido a las personas. Si no entiendes el lenguaje de los ordenadores, y no digamos ya si no tienes Internet, estás perdido en el mundo, sobre todo si no interesas por tu patrimonio. Si interesas, tranquilo, que te lo facilitan todo, incluso te reciben con una taza de café y la prensa para entretener la espera.

La rapidez con la que las nuevas tecnologías se han propagado por el mundo ha hecho que a muchas personas, sobre todo las que nacieron antes de ellas, les cueste adaptarse al nuevo lenguaje que rige las relaciones económicas, sociales y de comunicación. La visión de personas mayores tratando de entender los nuevos artilugios con ayuda de sus hijos o nietos, o de algún vecino apiadado de ellas, mueve a la compasión más que a la sonrisa por más que hagamos chistes de la situación. Pero la imagen de esas personas perdidas al salir de casa porque todo ha cambiado delante de sus ojos (el funcionamiento del banco, del supermercado, de la tarjeta del autobús, del parquímetro…) debería hacernos reflexionar a todos, puesto que lo que a ellos les sucede ahora nos ocurrirá a nosotros a poco que pase el tiempo y, sobre todo, porque no es justo que la sociedad arroje de ella a su parte más débil y desasistida. Si en el pasado los que se sentían fuera del sistema eran los analfabetos, ahora lo son los analfabetos tecnológicos, que es una parte importante de la población.

En estas últimas semanas, en España, los pensionistas están reclamando un mejor trato económico por parte del Gobierno, en lo que tienen toda la razón, pero no he visto a nadie pedir con igual insistencia un trato respetuoso por parte de la sociedad a la que pertenecen, pero que los está expulsando de ella como si fueran antisistema en lugar de personas que se han quedado fuera del sistema y no por su voluntad. La sociedad de consumo no tiene corazón, pero el Estado sí debería tenerlo y legislar para que los analfabetos tecnológicos, que son muchos más de los que creemos, puedan seguir viviendo sin problema y no hundirse como náufragos en la angustia que produce saberse fuera de la sociedad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_