Está limpiando la parte equivocada del lavavajillas
Y la eterna pregunta: ¿hay que aclarar o no los platos antes de meternos en el aparato?
No solo facilita la vida, además es más ecológico que lavar los platos a mano. Pero el lavavajillas puede convertirse también en una incubadora de microbios y gérmenes que podrían llegar a ser dañinos para la salud.
Así lo ha concluido una investigación llevada a cabo por distintas instituciones —como la Universidad de Copenhague, la de Gante y la de Liubliana—, en la que se analizaron 24 lavavajillas usados por familias. Los resultados mostraron que en este electrodoméstico se formaban colonias de distintos tipos de bacterias como escherichia, pseudomonas, y acinetobacter. Los más frecuentes, hongos como la cándida, cryptococcus y rhodotorula. Todos ellos, microorganismos potencialmente patógenos, es decir, que pueden llegar a causar enfermedades, desde infecciones estomacales hasta afecciones en los órganos reproductivos.
Para una limpieza más a fondo: un lavado del aparato vacío y extraer el filtro si es necesario
El uso habitual con productos específicos y el agua a altas temperaturas mantienen controlado el interior del aparato; y para una limpieza más a fondo ya se sabe: un lavado del aparato vacío y extraer el filtro si es necesario. Ahora sabemos que los microorganismos eligen además un lugar insospechado para organizar sus colonias: en las gomas de salida del agua. Y son más persistentes, añade el estudio, en las poblaciones donde el agua es más dura. Las condiciones abióticas —un ecosistema carente de vida— de los lavavajillas facilitan la instalación de estas bacterias que son necesarias para la seguridad alimentaria y para la salud humana.
Esto no quiere decir que tiene que deshacerse de su lavavajillas. "No todos los patógenos que se encuentran son peligrosos e incluso aunque lo fueran, nuestro sistema inmunológico es suficientemente fuerte como para acabar con ellos", explica Manuel Sánchez Angulo, profesor de Microbiología de la Universidad Miguel Hernández de Elche y miembro de la Sociedad Española de Microbiología (SEM). Y añade que "únicamente supone un riesgo para personas inmunodeprimidas". Por ejemplo, "aquellas a las que se les haya hecho un trasplante o que estén recibiendo un tratamiento de quimioterapia".
No deje más de un día los utensilios dentro sin poner el lavavajillas
Como pasa con la pantalla del televisor, no está de más seguir una serie de pautas de limpieza y manutención de nuestro lavavajillas. Para hacerlo primero debe saber que este aparato no solo limpia los platos usando una combinación de agua caliente y detergente: también utiliza un efecto de arrastre, que hace que los restos de comida que puedan quedar en la vajilla se acumulen en los sellos de caucho del electrodoméstico. Un lugar al que el agua caliente no llega con la misma intensidad y, por lo tanto, no se limpia con tanta facilidad.
Son precisamente estos espacios a los que tenemos que prestar más atención a la hora de limpiar. Sánchez Angulo explica que los microorganismos alrededor de la goma producen una sustancia pegajosa parecida a un cemento, que les permite pegarse y formar lo que se conoce como una biopelícula. "De vez en cuando, hay que limpiar las gomas y los bordes, no solo de dentro, sino de otros lugares como la junta que lo une con la encimera".
Otra de las recomendaciones es no dejar los utensilios durante mucho tiempo en el interior antes del lavado, e intentar ponerlo al menos una vez al día
Otra de las recomendaciones del experto es no dejar los utensilios durante mucho tiempo en el interior antes del lavado, e intentar ponerlo al menos una vez al día. Además, las marcas de lavavajillas suelen aconsejar retirar la comida antes de meter los platos. Si no quiere hacerlo con agua, puede hacerlo con una servilleta o con los propios cubiertos.
Nunca vamos a conseguir eliminar por completo los microorganismos, aclara Sánchez Angulo: "Aunque tener ciertas precauciones de higiene ayudará a que disminuya el crecimiento excesivo de las poblaciones, siempre van a estar allí". Y quizás no sea del todo malo, la exposición a ciertos microbios puede ser buena para los más pequeños ya que dificulta desarrollar alergias.
A pesar de que realmente es muy difícil que estos microorganismos supongan un riesgo para su salud, lavar los platos a mano siempre puede ser una opción. Incluso abriendo el grifo únicamente cuando es preciso y con un jabón adecuado puede reducir al máximo la contaminación de los recursos hídricos que circulan por nuestras cañerías. Eso sí, no se olvide de cambiar el estropajo cada semana porque, según concluyó un estudio publicado en Scientific Report, también acumula decenas de miles de bacterias.
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