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La fuga más famosa de una cárcel vuelve a las portadas

Una carta reabre las dudas sobre si tuvo éxito una escapada de la prisión de Alcatraz

Pablo Ximénez de Sandoval
Un faro lanza sus señales desde la isla donde estuvo situada la prisión de Alcatraz.
Un faro lanza sus señales desde la isla donde estuvo situada la prisión de Alcatraz.REUTERS

La policía de San Francisco recibió en 2013 una carta manuscrita que empezaba así: “Mi nombre es John Anglin. Escapé de Alcatraz en junio de 1962 con mi hermano Clarence y Frank Morris. Tengo 83 años y estoy enfermo. Tengo cáncer. Sí, lo logramos todos, ¡pero a duras penas!”. Lo logramos se refiere a la fuga carcelaria más famosa de Estados Unidos en el siglo XX, la que estos tres presos protagonizaron en la prisión supuestamente inexpugnable que se alza en un peñasco en medio de las gélidas aguas de la bahía de San Francisco.

En algún momento de la madrugada del 12 de junio de 1962, tres internos de la prisión de máxima seguridad de Alcatraz se fugaron a través de agujeros de ventilación que fueron agrandando durante meses con cucharillas. A la mañana siguiente, los guardias encontraron en las camas cabezas de papel, con las que habían evitado levantar sospechas durante los recuentos de la noche. La historia se cuenta en la película La fuga de Alcatraz (1979), en la que Clint Eastwood interpreta a Morris y Fred Ward interpreta a Anglin, el supuesto autor de la carta.

Morris y los hermanos Anglin no eran los primeros en intentarlo. Pero son los únicos que jamás han sido hallados, ni vivos ni muertos, lo que ha estimulado durante cinco décadas las leyendas sobre si sobrevivieron a las corrientes de la bahía. La versión oficial es que se ahogaron.

Ahora, la emisora de la CBS local de San Francisco asegura haber obtenido una carta que la policía de la ciudad recibió hace cuatro años escrita por alguien que asegura ser de uno de los fugados, John Anglin, un ladrón de bancos que tenía 32 años en el momento de la huida. La carta asegura que todos sobrevivieron. Frank Morris, el cerebro del grupo, murió en 2008, según la carta, y Clarence Anglin, en 2011.

Según la emisora que ha publicado la noticia, el FBI hizo un estudio grafológico de la carta, comparándola con la letra de los tres fugados, que no resultó concluyente. Se trata de la prueba más reciente que ha obligado al FBI a reabrir la investigación del caso.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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