Sintonías míticas de la televisión que son joyas de la música pop
'Sálvame' ha encargado al 'indie' Guille Milkyway versionar su canción. Repasamos otras grandes melodías que resisten, por distintos motivos, el paso del tiempo
El lunes Sálvame cambiaba de imagen en su cabecera, que ahora tiene estética de videojuego, y también estrenaba versión de su ya mítica sintonía. El responsable del nuevo sonido del programa es Guille Milkyway, creador del proyecto musical La Casa Azul, compositor de bandas sonoras y profesor de la academia de OT. Su voz es la que ahora suena, donde antes lo hacía la de la colaboradora Mila Ximénez.
De esta manera, el programa que dirige Jorge Javier Vázquez busca nuevas audiencias y ha decidido que el indie es el género que necesita la música que suena en su presentación. A lo largo de la historia de la televisión, los programas han ido adaptándose a los gustos musicales, tomando el pulso a los ritmos de su tiempo.
Desde el estruendo al estilo del score de Desafío total que propone Gran Hermano a las cantaditas míticas de Karlos Arguiñano justo antes de cocionar, pasando por la letra simple y efectiva (una invitación al juego sin vicio) de ¿Qué apostamos? o El juego de la oca este género ha deparado verdaderos clásicos a lo largo de estas últimas décadas.
Sálvame (versión clásica): La versión original, antes de que llegara a manos de Guille Milkyway, estaba incluída en el debut discográfico de la actriz Bibi Andersen titulado con su nombre y publicado en 1980. Un verdadero temazo repleto de sensualidad.
Dónde estás corazón: Antes de que Sálvame llegara a las teles, los colaboradores de DEC, que así es como se conocía el programa, ya discutían sobre Belén Esteban. Esto es lo que sonaba justo antes de que apareciera sonriente Jaime Cantizano. Que luego acaba muy serio.
Aquí hay tomate: Otra vez Jorge Javier Vázquez, esta vez acompañado de Carmen Alcayde. La sintonía no engañaba. La prensa del corazón llegaba a la tele con color rojo tomate y con ritmo de rumba catalana.
En la cocina: Karlos Arguiñano es uno de los grandes showmans de la televisión, además de cocinero. En las sintonías de sus programas le gusta cantar. Aquí explicaba el "gustito" que da estar en la cocina.
¿Qué apostamos?: Un hit incontestable que basa su éxito en la repetición (incesante y machacona) de su título, que acabó convertido en un mantra para toda una generación.
El Juego de la Oca: El familiar programa presentado por Emilio Aragón, Lidia Bosh y Patricia Pérez adelantaba con su sintonía su carácter familiar y blanco. Se juega, pero todo muy legal. Esto no son Las Vegas, porque esto es la Oca de toda la vida.
Lo que necesitas es amor: Tres presentadores míticos como Jesús Puente, Isabel Gemio y Pedro Rollán hicieron llorar, en tres diferentes etapa a todo un país. La sintonía repetía el nombre del espacio sobre un fondo de canción romántica melosa y que empachaba. Perfecta para programa.
Furor: Como si fuera una cabecera de la tele de los setenta, pero sin el como. Puro Valerio Lazarov.
Gran Hermano: La cabecera (misteriosa) de la primera edición no tiene despercio. Es cuando se vendía el programa como un experimento sociológico sin precedentes. ¿Alguien se acuerda de esto? Tiene la rotundidad de la banda sonora de Jerry Goldsmith para Desafío total.
Informe Semanal: Una sintonía muy seria para un programa muy serio. Y que tuvo mucho prestigio.
Un, dos, tres: Suena una voz como si alguien hubiera inhalado helio muy fuerte. En realidad es que alguien está imitando la voz de la mascota de programa que era una verdadera estrella.
Grand Prix del verano: Un programa que mantenía vivo el espíritu de las mejores fiestas de pueblo no podía tener mejor sintonía. Una canción de verbena para bailar como locos una noche estrellada del mes de agosto. ¡Viva!
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