Marihuana en el botafumeiro, ¿puede un chiste ser ‘fake news’?
Usuarios y prensa replican ocurrencias de webs satíricas como si fuesen hechos reales. La última coloca medio kilo de 'maría' en la catedral de Santiago. Sus creadores lo consideran una broma, no un bulo
“Detenidos 2 monaguillos gallegos por meter marihuana en el botafumeiro”. Quizá lo haya visto en su muro de Facebook, o le haya llegado por un grupo de Whatsapp. A lo mejor, ¡milagro!, se lo ha contado alguien en un intercambio cara a cara junto a una máquina de café. Algunos incluso lo han podido leer en un medio informativo serio (un diario online argentino, un canal mexicano…). Fue uno de los temas virales de la semana, lleva más de 250.000 interacciones en redes. Quienes se molestaron en pinchar el titular (los menos, todos llevamos tanta prisa) encontraron tres breves párrafos relatando que los monaguillos decidieron “durante el cotillón de Nochevieja” comprar “medio kilo de maría” para meterlo dentro del incensario de la catedral de Santiago el pasado 6 de enero. Pasaron la noche en el calabozo y fueron liberados sin cargos, aunque depuestos de monaguillos. “Seguro que la gente ha salido de la catedral más contenta que nunca”, afirmaron los muchachos.
En las redes, muchos celebraron el chiste, otros rieron pensando que había ocurrido de verdad. Algunos se ofendieron, porque siempre hay alguien que se ofende. Y gracias a todos ellos, a la web que lo publicó, Hay Noticia, se le cayó el servidor al recibir dos millones de visitas en un solo día. Maldito Bulo publicó un escueto post desmintiendo la historia: “Todo lo que publica Hay Noticia es falso, lo dicen en su aviso legal”. De hecho, es lo primero que dice su aviso legal: “Hay Noticia es un site de humor, cuyo fin es el entretenimiento. El contenido es ficción y no se corresponde con la realidad”. La bio de su cuenta de Twitter subraya: “No creas todo lo que ves en internet”.
“La gente se puede creer o no lo del botafumeiro, pero independientemente de ello, lo comparten porque hace gracia”, explica por teléfono el autor de la pieza, Trino García, uno de los responsables de la satírica Hay Noticia. “Nosotros hacemos humor, por eso nos fastidia mucho que nos metan en el saco de las fake news de forma despectiva y junto a otros medios que sí fabrican o distorsionan noticias con fines ideológicos, no es nuestro caso”.
Hay Noticia arrancó en enero pasado, pero García lleva años navegando la sátira desde su compañía La fábrica de la comedia (con productos como La voz del becario, Bilbainadas Txunai o una sección en el programa Vamos tarde de Europa FM). Con sus otros productos hacen más “humor, humor”, explica García, Hay Noticia, sin embargo “juega a crear la duda, a colar noticias de broma, esa es la gracia… Como si cada día fuese 28 de diciembre”.
Se les da bien. En menos de un año varias de sus inocentadas han sido replicadas por medios tradicionales. El pedo de un hipopótamo de Cabárceno que acabó con tres visitantes del zoo ingresados llegó al Diario de León y de allí saltó a otros medios nacionales, el cura de un pueblo (inventado) de Jaén que echó de la iglesia a un niño por llevar la camiseta de Messi sigue publicado en varias webs de fútbol. Y su "invent" sobre la mujer que lleva haciéndose pasar por ciega para no saludar a la gente fue publicada en 23 países y traducida a 13 idiomas. Todavía se puede leer en Marca, Catalunya Press, Cadena Dial o Diario de Navarra, donde ha sido pisada por una disculpa a sus lectores por creérsela. “No ganamos nada con aquello, porque los medios, y estamos hablando de medios fuertes, te plagian sin citarte”, se lamenta García. ¿Les llaman al menos para contrastar? “Nunca, nadie… la inmediatez está matando al periodismo”.
En un entorno cada vez más confuso, cargado de interesadas noticias falsas, prisas, rumores sin validar y hambre de clics, la sátira ya no se cuela como realidad solo por su verosimilitud, sino por el tráfico que arrastra independientemente de ella. Los titulares, descontextualizados y distribuidos especialmente por Facebook, se mezclan en una gran zona gris donde el humor convive con historias falsas con intereses partisanos. Y surgen webs, sobre todo en los Estados Unidos de Trump, con bromas cada vez más sutiles, demasiado cercanas a la realidad.
"El éxito es que pillen el chiste"
En España, el referente del periodismo satírico es El Mundo Today. Kike García y Xavi Puig llevan nueve años inventando con éxito noticias humorísticas. Su marca se ha convertido incluso en una forma de describir los límites cada vez más absurdos del periodismo real. Cuando ves una noticia muy loca en el periódico dices que “parece sacada de El Mundo Today”.
La realidad puede tratar de imitarles, pero ellos no quieren colar goles a la prensa de verdad. “No jugamos a eso, es verdad que nos ha ocurrido, sobre todo hace años, cuando no éramos tan conocidos, pero siempre que una noticia nuestra ha sido replicada como si fuese real no lo hemos vivido como una victoria”, explica por teléfono Kike García. “Para nosotros el éxito es que todo el mundo pille el chiste y que sea el mejor chiste posible, que alguien se lo crea es un efecto colateral no buscado”.
“Salvando las distancias, hacemos literatura, literatura barata si quieres, pero literatura al fin y al cabo”, continúa Kike García. El estilo serio, noticioso, de sus piezas es simplemente parte del pacto con su público y una marca de un género clásico, “nada innovador”. “Siempre ha habido periodismo satírico”, dice el humorista. Incautos, también. Lo que no hubo siempre fue Internet. “Que se cuelen chistes como información no es culpa de los periodistas, sino de la industria, todos vivimos del tráfico, la presión es enorme. La publicidad web, el clickbait (cebo de clics) y sobre todo la forma de funcionar de Facebook fomentan el titular fácil y curioso, el contenido basura, el plagio… Parece que ahora quieren cambiar el sistema, espero que así sea”.
Entre los titulares de El Mundo Today que llegaron a los medios serios encontramos "Los nuevos modelos de iPod no tendrán música de mierda" (Cuatro lo publicó en 2010); “Adolfo Domínguez rediseñará en uniforme del Ku Kux Klan" (un columnista de 20 minutos acabó disculpándose por creérselo), "La Caixa regalará vaginas de porcelana" (Juan Ramón Lucas lo anunció en su programa en 2011)… En 2013 una tele colombiana hizo incluso una conexión en directo para explicar la noticia “La infanta Elena pide ser imputada como su hermana”. Hace menos, el pasado septiembre, le tocó el turno de picar a Julian Assange quien mantuvo el siguiente diálogo impagable con el diario satírico.
Gracias, Twitter. pic.twitter.com/XoV6uK93YE
— Álex Living (@AlexDying) September 20, 2017
A veces no es nada gracioso que te tomen al pie de la letra. En diciembre un vídeo de El Mundo Today titulado “Fui vegana hasta que un perro me mordió” fue ampliamente compartido sin su logo y comentado en las redes como si fuese en serio por muchos internautas que lo usaron precisamente para validar la ideología que parodiaba. “Si el veganismo te parece mal, te preocupa menos pararte a pensar si el testimonio de una vegana arrepentida es verdad o mentira, se llama confirmation bias (sesgo de confirmación)”, explica Kike García. Por muy loco que parezca te lo quieres creer porque te da la razón. El tema le da una rabia especial: su novia es la actriz del vídeo, ha recibido insultos online y los clientes de su tienda no paran de preguntarle si es verdad lo del perro.
“El problema es que cuando descontextualizas un chiste la sátira se convierte en una mentira de toda la vida”, dice García. “La gente se informa por pantallazos sin contexto que recibe en el Whatsapp, hay que volver a confiar en los medios tradicionales, hazlo con espíritu crítico si quieres, pero para informarte, busca un medio con credibilidad”, recomienda el guionista.
Síguenos en Twitter y en Flipboard
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.