El investigador, investigado
Michael Sims traza una genealogía intelectual de Sherlock Holmes en ‘Arthur y Sherlock’.
MÁS DE UNO de los alumnos que asistían a las clases del profesor Joseph Bell creyó ver en él a un nigromante. Precursor de la medicina forense, el escocés procuraba sus diagnósticos a partir de averiguaciones casi marcianas para la época, el siglo XIX, como las costumbres alimenticias o el empleo del finado. Aquel hombre fue una abundante fuente de inspiración para Arthur Conan Doyle, que basó parcialmente en él a su criatura Sherlock Holmes. El resto de genealogías intelectuales del detective las traza Michael Sims en Arthur y Sherlock (Alpha Decay), un ensayo que investiga los orígenes del más famoso de los investigadores.
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