Gracias Barnard
Desde la convicción personal de que el progreso de la humanidad se debe fundamentalmente a los ideólogos y filósofos y a los científicos e investigadores (descartando a políticos y economistas en esa mejora de la sociedad por su cortoplacismo que tan poco aporta), creo oportuno que recordemos hoy a Christiaan Barnard en el 50º aniversario del primer trasplante de corazón que abrió una vía de esperanza para muchos enfermos que, al evolucionar la técnica, han podido vivir más y mejor.— Dionisio Rodríguez. Villaviciosa de Odón (Madrid).
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