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¿Está el hombre que no prepara la cena y no ayuda a los niños con los deberes en peligro de extinción?

‘Malasmadres’ quiere dejar al estereotipo masculino más tradicional en el Museo Arqueológico Nacional

Escultura 'El hombre sentado en el sofá' en El Matadero de Madrid.
Escultura 'El hombre sentado en el sofá' en El Matadero de Madrid.inma flores

Un hombre visiblemente cansado, tras un largo día de trabajo, llega a su casa, se despoja del maletín, se quita el abrigo y los zapatos, abre una cerveza, coge el periódico y se sienta en el sofá esperando que nadie le moleste hasta la hora de cenar. Paralelamente, su mujer intenta ocuparse silenciosamente de los niños, ayudándolos con las tareas del cole, haciendo la comida, pero, sobre todo, evitando que los pequeños molesten a su padre. Esto se debe al convencimiento heredado de la sociedad tradicional de que la responsabilidad del hogar recae sobre todo en la mujer. "Para poder llegar a una conciliación laboral real para las mujeres, es necesario que haya una corresponsabilidad real en el hogar", apunta Laura Baena, creadora del Club de Malasmadres, quien se ha propuesto que el hombre sentado en el sofá, ajeno a las necesidades del hogar, desaparezca. Y nazca un nuevo estereotipo masculino que cumpla al igual que la mujer con la vida familiar.

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Baena se ha unido a Kaiku sin Lactosa para presentar este martes, en el taller de El Matadero, la exposición de una figura hiperrealista que representa a ese hombre tradicional que descansa plácidamente en el sofá mientras vive ajeno a la vida familiar. La escultura, que es tan real que parece que en cualquier momento va a pasar a la siguiente página del periódico que sostiene, ha sido diseñada por la artista Rebeca Sánchez. Con esta iniciativa y una propuesta en la web change.org, pretenden conseguir las firmas necesarias para que la escultura del hombre se instale definitivamente en el Museo Arqueológico Nacional como metáfora de que ese tipo de hombre ya comienza a estar extinto en nuestra sociedad.

"Es cierto que los hombres comienzan a hacer más tareas en el hogar, pero aún tienen que aportar muchísimo más", explica Baena, que se basa en los últimos datos de la encuesta realizada por Somos Equipo a 24.000 personas para hacer visible esta problemática. Según los resultados, el 66% de las mujeres se encargan de poner la lavadora mientras que solo el 13% de los hombres lo hacen. El 72% de las mujeres están al cargo de cuidar a los hijos y ayudarles con todo lo que implica el colegio, mientras que solo el 8% de los padres reconoce llevar la voz cantante en este ámbito. Un dato más esperanzador, y donde más igualdad hay, es con respecto al baño de los hijos e hijas. El 24% de los hombres son los responsables principales de esta tarea, mientras que entre las mujeres suman el 38%.

Laura Baena, creadora del 'Club de las Malasmadres'.
Laura Baena, creadora del 'Club de las Malasmadres'.inma flores

"Suelen llevar a cabo tareas visibles, con un principio y fin claro y que no se solapen con otras, donde la organización es escasa o ha sido previamente realizada por la mujer", apunta Maite Egoscozabal, socióloga que colabora con el Club de Malasmadres. Por ello, recomienda sentarse con el padre y comenzar a negociar para que las tareas en casa sean más igualitarias y que se implique más, aunque eso conlleve que deba ser más organizado o resolutivo. "La conciliación laboral tiene dos barreras: la externa en las empresas y la interna en el hogar donde debemos empezar ya a delegar y hacer que desaparezca por fin el hombre del sofá", explica Baena. "Si esto no se consigue, las mujeres se van a seguir viendo forzadas a renunciar a su trayectoria profesional y eso es algo no podemos dejar que siga pasando".

Con ello, es posible que se deje de señalar a la madre que intenta conciliar vida laboral y vida del hogar como una malamadre, mientras que a ellos se les tacha de héroes o padrazos en cuanto se encargan de alguna tarea en casa. "Las mujeres llegamos a la oficina y nos tenemos que poner el disfraz de madre sin hijos para que no se nos considere más débil que al resto de trabajadores", confiesa Baena y acusa a las empresas de no normalizar el cuidado de los hijos. "Hay que promover la flexibilidad de horarios en el trabajo: los objetivos se seguirán cumpliendo al final de la semana, pero debemos poder organizarnos, tanto el padre como la madre, según la situación que haya en casa".

"La sociedad española está tan atrasada en la conciliación que el primer paso es la concienciación", explica la socióloga Egoscozabal. Por esta razón, la campaña incide en la necesidad de crear nuevos estereotipos en los que el hombre referente sea uno que se ocupe de las tareas del hogar y del cuidado de los hijos igual que una mujer. "Solo así, las madres tendrán las mismas oportunidades de éxito que los padres, sin que tener hijos se convierta en una lacra que determine tener más o menos éxito laboral", concluye Ander Labayru, responsable de marketing de la marca.

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