Los tambores del pueblo brong llaman a los turistas
Situada entre Ghana y Costa de Marfil, esta región cultural basada en una monarquía ancestral quiere atraer visitantes para desarrollar su economía reavivando sus tradiciones
¡Feliz Adayé Kessié! Suenan los tambores y comienzan los bailes. Han pasado doce días tras la cosecha del ñame, tubérculo tropical parecido a la batata, y en Costa de Marfil los brong celebran su año nuevo. Es momento de renovación, de recoger los frutos y sembrar de nuevo. Este reinado ancestral abarca mayoritariamente territorio de Ghana, aunque es en Tabagne, localidad al noreste del país vecino donde el monarca, los jefes de sus cinco provincias y los ciudadanos brong de ambas naciones se reúnen para recuperar la tradición de su más importante fiesta, el Adayé Kessié, que durante 31 años se dejó de celebrar por desavenencias entre nobles. Ahora, quieren reavivar sus tradiciones e idioma a la par que construir una industria turística en torno a ellas que contribuya a desarrollar económicamente la región.
No es casual que la iniciativa de recuperar esta celebración y organizar un festival que se prolongó durante cinco días el pasado octubre, haya nacido de un adinerado empresario del sector turístico, Bini Ouattara Daouda. "En torno a esta fiesta se puede atraer visitantes a la zona y generar riqueza. Ya se ha puesto la primera piedra del centro Adayé en Tabagne, que contará con 250 habitaciones y un museo en su interior, más una sala de exposición y ventas. Y necesitaremos personal cualificado para trabajar en él", afirma.
La organización del festival en su edición de 2017 corrió a cuenta de la empresa de Ouattara, Luxe Voyages, y varios patrocinadores. Todos enfrentaron las dificultades propias de montar un gran evento en un territorio deprimido en un país en el puesto 171 de 188 del Índice de Desarrollo Humano 2016 y en el que la casi la mitad de su población vive por debajo del umbral de la pobreza nacional. Basta un paseo por Tabagne, epicentro de los fastos, para comprobar que ninguna de sus calles está pavimentada. Ni siquiera la carretera que lleva de Abiyán (capital económica) a esta ciudad lo está en su totalidad, lo que convierte el viaje en una carrera de obstáculos. Tampoco hay iluminación por los caminos de la aldea y la mayoría de viviendas son precarias. Pero lejos de ver en esto un impedimento para sus planes, el promotor de la fiesta y los ciudadanos del lugar lo consideran una oportunidad.
"Hay lugares de difícil acceso, lo que supone un reto. Hay que pavimentar para que se pueda llegar mejor a ellos", reconoce Ouattara. Además, todavía no se han construido los hoteles necesarios para la cantidad de viajeros que pretenden atraer. "Promoveremos que la gente se aloje con la población local, lo que permitirá generar ingresos a las familias", señala el empresario consciente de los desafíos. No solo en términos de infraestructura, sino organizativos. Admite Ouattara ciertos fallos en este sentido durante la rueda de prensa una vez finalizados los fastos. "El día grande de la parada del rey [el monarca se presenta ante las delegaciones de invitados de las cinco provincias de su reinado] no quedó tan espectacular como yo quería. Y tendrían que haber hablado los jefes brong, pero los discursos de los políticos no dejaron tiempo", expone. "Para el año que viene, estoy pensando en montar salas polivalentes para separar actividades: una para las ceremonias oficiales, otra para la venta de artesanía... Y la plaza como centro de las acciones culturales", planea en voz alta.
El festival del Adayé Kessié es el único evento que reúne a todos los jefes brong. "Es muy importante", enfatiza Nanan Koffi Mouroufie Norbert, portavoz del rey Nanan Adingra Kouassi Adjoumani desde hace 10 años. "Y puede atraer a visitantes del exterior. Así los turistas podrán ver cómo vivimos, cómo son nuestras telas, nuestra cerámica, nuestros bailes y rituales”, avanza.
Casi la mitad de la población de Costa de Marfil vive por debajo del umbral de la pobreza
Su fiesta de año de nuevo es, sin duda, una excelente oportunidad para conocer todas estas "riquezas" culturales, en palabras de Ouattara. Durante estos días visten sus mejores galas, con imponentes joyas doradas y ropas de brillantes colores. "Sin camiseta debajo, mostrando el pecho. Eso nos caracteriza", matiza el portavoz real dándose palmadas en la parte descubierta de su tórax. Además, distintos grupos cantan y bailan día y noche, hablan con sus tambores y además representan teatros en su propia lengua —el abrong— acerca de las tradiciones. Todo ello, aderezado en esta edición con actuaciones en directo de renombrados artistas del país, desde el afamado cómico nacional Le Magnifique hasta los cantantes John Kyffyz y Serges Beneau.
Para hacer posible este espectáculo de tradiciones, no solo hace falta soporte económico y logístico, sino que las generaciones más jóvenes y las que no lo son tan tanto las practiquen y conozcan. Con tal propósito se fundó en 2013 la ONG Grupo Cultural Brong Gyaman, también financiado por la empresa de Ouattara, con sede en Tabagne. Esta organización se encarga de enseñar la lengua abrong y el idioma de los tambores, entre otras particularidades. "Queremos que nuestras tradiciones sean reales y vividas, y que se transmitan a los hijos. Así, los turistas verán algo real, de verdad, sentido. Y para ello las bases tienen que ser sólidas. No queremos vender humo", explica Bene Kouakou Ignace, presidente de la entidad.
La música y la danza son protagonistas. Por su ritmo y singularidad atraen la atención de los cientos de visitantes y la prensa convocada
En lo que se refiere a sentir y experimentar, la música y la danza son protagonistas. Por su ritmo y singularidad atraen la atención de los cientos de visitantes y la prensa convocada. Algunos se animan tímidamente a tratar de imitar, con más o menos éxito, los movimientos. La venta de artesanía y las terrazas para compartir unas cervezas (aquí no hay agua) son otros atractivos de la fiesta. Y fuente de ingresos y empleo. Andrea Lago ha venido desde Abiyán para montar su puesto de productos locales de Costa de Marfil. Representa a La Boutique Payssane, que trabaja con 64 cooperativas del país. “Venimos para darnos a conocer y vender”, detalla mientras muestra su género: cacao, mango deshidratado, karité puro… En el bar, Lucrece Mel, de 22 años, también ha venido desde la gran ciudad para trabajar. Durante los cinco días que dura el Adayé ejerce como azafata de la marca cervecera que patrocina el evento. Licenciada en periodismo, busca prácticas y, mientras tanto, acepta empleos temporales. “Esto [el festival] puede generar negocio. De hecho, ya lo hace. Si no, yo no estaría aquí. Y a los que no tenemos trabajo, nos ayuda”, opina.
A la conquista... del apoyo político
Los brong se definen como un pueblo conquistador. Fue por eso que sus ancestros viajaron de Togo a Ghana y acabaron asentándose también en parte de Costa de Marfil. Su cultura se ha transmitido durante siglos, del XVII hasta la actualidad, de manera oral. Ahora no son tierras lo que quieren, sino preservar su cultura, no morir. Y solo sobreviven los que se adaptan. Por eso, consideran que la recuperación de sus fiestas como atractivo turístico no solo es beneficioso para los comerciantes, sino para la población en general. "Cuando empiece a venir gente, será un orgullo, pues significará que ayudamos a la población creando riqueza y trabajo", expresa Bene Koyakou Igmace, presidente de la ONG Grupo Cultural Brong Gyaman.
No lo pueden hacer, sin embargo, solo con el impulso de un empresario, pues no depende de él invertir en infraestructuras, asfaltar carreteras o alumbrar las calles. Consciente de ello, el propio Ouattara se ha afanado en esta ocasión en atraer la atención mediática —invitando a nutrido grupo de periodistas, incluido este medio— y política. Así a la cita acudieron el vicepresidente marfileño, Daniel Kablan Duncan, la ministra de Educación, el de Turismo --quién resaltó que acababa de llegar de España, donde había estado promocionando el país como destino-- el de Cultura y el de Agricultura y Pesca, oriundo de esta región.
El Adayé Kessié puede atraer a visitantes del exterior. Así los turistas podrán ver cómo vivimos, cómo son nuestras telas, nuestra cerámica, nuestros bailes y rituales Nanan Koffi Mouroufie Norbert, portavoz del rey brong, Narian Adingua Kouassi Adioumani
"¡Vaya movilización! Qué bonita fiesta y qué paciencia tenéis por permanecer bajo este sol hasta estas horas", inició su discurso en el día grande de la fiesta, frente a cientos de personas. "Con más de 60 etnias, este país tiene una riqueza cultural extraordinaria y cada año se debe sacar provecho de ello", añadió. Parafraseando al primer presidente del país recordó que hay que tener los pies "en la tradición y la cabeza en la modernidad". Eso es, para él, el Adayé Kessié.
"Esto es Costa de Marfil". Según expertos de la Unesco, dijo, la cultura supone el 3% del PIB del país. "Además de la agricultura, la cultura crea empleos y riqueza", añadió. "Se trata de unir lo útil con lo agradable. Y el pueblo brong es dinámico, creativo y digno. Sois un ejemplo y una inspiración para otros", zanjó.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aquí a nuestra newsletter.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.