_
_
_
_

Enganchada a la ‘webcam’ de la guardería

Al observar la imagen el cerebro genera dopamina y acabamos mirando más de lo deseado

Carmen Pérez-Lanzac
La cámara en una guardería.
La cámara en una guardería.GETTY IMAGES

Confieso que me he pasado un mes y medio pegada a la webcam de la guardería a la que ha empezado a ir mi hija de dos años y medio. 45 días enganchada a una pantalla escudriñando las cabecitas, rastreando el cabello claro y rizado de mi cachorra.

El primer día ni lo miré. Así de confiada dejé a mi bebé en su estreno en la escuela infantil. ‘Es súper abierta, se adaptará en seguida’, pensaba. ¡Já! Cuando la fui a recoger, de esa puerta salió un mísero guiñapo con el corazón en un puño y la mirada perdida, como si la hubiera arrollado un trolebús. ¿Lo cuálo?, rumié. ¿Pero esto quién es?

Más información
¿Es una irresponsabilidad llevar al niño con fiebre a clase?
Y ¿por fin? llegó la vuelta al cole

Va en serio: no la reconocí. Estaba ultrarepeinada y le habían plantado un lazo celeste en la cabeza que me confundió. Pero el problema no era ese: mi niña no era mi niña. Y su angustia fue también mía en el acto.

Al día siguiente, tras dejar a mi criatura en lágrima viva intentando a la desesperada agarrarse a mí desde los brazos de su profesora, me metí en la cafetería de al lado, pedí un café, encendí el ordenador y no despegué la cabeza durante las cuatro horas siguientes. ¿Que qué vi? A mi muñeca de pie, con las manos juntitas, acojonada, esquivando a los niños como si fueran muertos vivientes y sufriendo el infierno chico.

Empezaron los lloros: ¡No quiero ir al coleeeeee! ¡No quiero ir al coleeeeee! Y la lucha cuerpo a cuerpo para ponerle el uniforme. O, peor aún, su pregunta digna de película de terror, al ver su mochila preparada: ¿Voy… a ir… al… co…le? Empecé a ponerle la canción de ‘Rocky’. ‘Venga, linda, tananaaaaaá, tananaaaaaaá…”. Y luego, ante la maldita pantalla, hacía ‘zoom’ hasta que lo que creía que era mi hija queda deformado en un puñado de píxeles grotescos, le gritaba: ‘¡Cariño, piensa en Rocky!”

Mi madre me dijo lo mismo que el 99,99% de mi entorno: ¡no mires ese invento del diablo! El neuropsicólogo y divulgador Álvaro Bilbao explica que miramos porque queremos confirmar una idea (mi hija está sufriendo en la guardería) y el cerebro genera dopamina y acabamos mirando más de lo deseado. Él reconoce que cuando llevó a su hijo mayor a la escuela infantil le gustó que la que tenía cerca tuviera webcam y que al principio la miró bastante. Y si a este experto en el cerebro se le fueron los ojos un poco entenderéis que yo me haya convertido en una adicta.

Hace una semana, cuando estábamos ya a punto de borrarla y cesar esta tortura, mi hija dejó de llorar. Su padre la llevó a la guardería y no soltó ni una lágrima. Me quedé atónita cuando me lo contó. Han pasado seis días y sigue sin llorar y además nos lo cuenta: "Hoy no he llorado". En mi hogar empezamos a ver el día. El viernes pasado tenía mucha tos y decidimos no mandarla a clase. Y va la tía y me suelta: “Mamá, quiero ir a la guardería”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carmen Pérez-Lanzac
Redactora. Coordina las entrevistas y las prepublicaciones del suplemento 'Ideas', EL PAÍS. Antes ha cubierto temas sociales y entrevistado a personalidades de la cultura. Es licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de El País. German Marshall Fellow.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_