PP, PSOE y el desafío

Adriano, segundo de los emperadores hispanos, comenzó su reinado hace 19 siglos. Reflexionaba en las memorias noveladas de Marguerite Yourcenar acerca de la necesidad de prepararse ante rebeliones y divisiones futuras. Es decir, era consciente de la necesidad de encarar los problemas para minimizar sus efectos. Rajoy ha tenido tiempo, por lo menos cinco años, para actuar ante el desafío inconstitucional y antiestatutario, y por tanto antidemocrático, de Puigdemont y Junqueras, pero ni en un asunto de esta gravedad ha considerado necesario tomar iniciativa política alguna, no ya para resolver, sino para encauzar el conflicto hacia parámetros democráticos más o menos satisfactorios para la mayoría. Responderá ante la historia por su indolencia.— Ángel Anero Murga. Portugalete (Bizkaia).

Si el PSOE quiere ser un partido de todos los españoles, debería lanzar un mensaje comprensible sobre la cuestión catalana. La idea de que, por ejemplo, España es una nación de naciones parece encaminada a privilegiar a unas comunidades autónomas sobre otras. También parece confuso que proponga que sea el Tribunal Constitucional la vía alternativa para tomar ciertas medidas cuando el mismo PSOE se opuso a que se le dotara de esas atribuciones y además es el camino que se está tomando. En este contexto de poca claridad se enmarca la reciente pretensión de que se repruebe a Sáenz de Santamaría por la actuación de las fuerzas de seguridad en el referéndum, cuando el PSOE no se opuso a que dichas fuerzas se desplegaran en Cataluña. El PSOE podría lanzar un mensaje nítido de su apuesta por la democracia y la convivencia pacífica entre todos los pueblos de España.— Miguel Ángel Viciana Clemente. Madrid.