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Los famosos se revuelven contra el acoso en las Redes

Miguel Bosé publica una foto de sus hijos para evitar un chantaje y los expertos abogan por actualizar las leyes de protección del honor

Miguel Bosé y sus hijos: Telmo, Tadeo, Ivo y Diego, en Disneyland en 2016.
Miguel Bosé y sus hijos: Telmo, Tadeo, Ivo y Diego, en Disneyland en 2016.
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El trabajo, el físico, la opinión, los proyectos, la vida sentimental o personal de las celebridades de cualquier ámbito son objeto día sí, día no, de halago, en muchas ocasiones, pero también de persecución implacable en muchas otras. Bregar con estas opiniones, muchas escondidas tras el anonimato que permite Internet, es tarea personal y cada uno lo afronta a su manera. Con humor algunos, mirando para otro lado muchos, abandonando las redes sociales temporal o definitivamente o, cada vez más, lanzándose al ruedo de la denuncia pública cuando la libertad de expresión se transforma en acoso, injuria o calumnia, cuando no en extorsión directa.

El último caso conocido ha sido el del cantante Miguel Bosé quien a principios del mes de agosto denunció que unos desconocidos le pedían 60.000 dólares (algo más de 50.000 euros) a cambio de no publicar unas fotografías en las que aparece junto a sus cuatro hijos de quienes siempre ha evitado exponer su imagen. Entonces denunció el chantaje en una comisaría madrileña y hace solo tres días decidió compartir en Instagram una instantánea junto a sus pequeños Telmo, Tadeo, Ivo y Diego, obligado por la necesidad de “interrumpirle el negocio a mi agresor”, como dice en el texto que acompaña a la imagen, y en el que también pide respeto para los menores.

El cantante Ed Sheeran abandonó Twitter porque solo leía “pura negatividad” después de un cameo que realizó en la serie Juego de Tronos. Normandi Kordei de Fifth Harmony hizo lo mismo porque no pudo aguantar la presión y los insultos racistas de los propios seguidores del grupo que malinterpretaron el tono de una respuesta sobre su compañera Camila Cabello. Un mes después anunció en la misma red social su nombramiento como embajadora de la organización internacional de ayuda a víctimas del ciberbulling, The Cybersmile Foundation. Justin Bieber canceló su perfil de Instagram en agosto de 2016 por los comentarios ofensivos que recibió sobre Sofía Richie, su acompañante en aquella época. David Bustamante o Tania Llasera han toreado las críticas sobre su aumento de peso con humor o incluso reivindicación, pero también hay lugar para los que se ceban con las personas que consideran demasiado delgadas, como ha sido el caso de la modelo y ángel de Victoria’s Secret, Blanca Padilla. O para quienes se atreven a salir a cenar una semana después de dar a luz y contarlo en Instagram, como ha sido el caso de la cantante Soraya Arnelas, puesta en tela de juicio por decenas de mujeres que la acusaron de “mala madre”.

Los cantantes, Ed Sheeran, David Bustamante y Justin Bieber.
Los cantantes, Ed Sheeran, David Bustamante y Justin Bieber.HBO / GTRES

La lista de damnificados famosos es tan interminable como los motivos que esgrimen los haters: los presentadores Jaime Cantizano (bombardeado a mensajes por una admiradora que llegó a presentarse en su domicilio y después amenazó a su madre cuando no consiguió conocerle en persona) y Kiko Hernández (amenazado por un seguidor), la actriz Blanca Suárez (criticada por abusar del retoque), la directora y guionista Lena Dunham (perseguida por mostrar su físico sin complejos), el actor John Boyega (criticado por que un negro hubiese sido elegido soldado del imperio galáctico en Star Wars), Shonda Rhimes –guionista y directora de Anatomía de Grey y acreedora de la etiqueta #WeHateYou por matar en la ficción a uno de los personajes más queridos de la serie–, Cate Blanchet (que se manifestó que considera "patético preocuparse por lo que otras personas puedan pensar de tu trabajo"), Selena Gómez (de quien aseguraron que estaba en rehabilitación por drogas cuando estaba recibiendo tratamiento médico por un lupus), Anne Hathaway (cuyos detractores se enorgullecen de tener hasta nombre propio Hathahaters)…

En el caso de Miguel Bosé si la policía consigue rastrear el origen del chantaje, la ley caerá sobre los culpables. ¿Pero qué pasa con tantos otros insultados o criticados hasta lo insoportable? ¿Qué se puede hacer y hasta dónde puede llegar la Justicia en estos casos?

Los expertos abogan por revisar las leyes destinadas a proteger el honor y también actualizar la legislación referente a la rectificación, que en el caso de España se remonta a 1982, cuando las redes sociales ni siquiera estaban en el horizonte. También por educar para que en ellas imperen los mismos criterios de cortesía y respeto que parecen más obvios cuando la controversia se produce cara a cara. Mientras, a los perjudicados, famosos o no, sólo le quedan las armas del humor o de la denuncia. La primera desarma a muchos y la segunda se hace imprescindible cuando la crítica sobrepasa la libertad de expresión y se transforma en calumnia, injuria, amenazas o extorsión. En esos casos acumular pruebas, capturas de pantallas, fotografías de las amenazas que incluyan el perfil del atacante, acudir a la policía y a los juzgados, se convierte en el recurso recomendado y necesario para evitar que estas acciones queden sin castigo.

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