El arma más letal
El avión de combate F/A-18 Super Hornet es la máquina de guerra más precisa del arsenal aéreo de Estados Unidos
Que se quite un dron donde esté un F/A-18E Super Hornet. El caza supersónico de Boeing es, posiblemente, la máquina de guerra que mejor representa el poderío militar de Estados Unidos. Lo hace todo. La designación F/A, de hecho, significa que el avión está diseñado a la vez para misiones de combate y para bombardear objetivos tácticos. Esa agilidad le convirtió durante las últimas dos décadas en la primera opción de la Navy, la Fuerza Naval estadounidense.
El F/A-18 sustituyó al también legendario F-14 Tomcat. El caza de Grumman era un buen avión, pero muy caro. Hasta la entrada en servicio del F/A-18, la fuerza naval estadounidense tendía a llevar en sus portaviones cazas especializados en la lucha o en el ataque. El F-4 Phantom demostró en la guerra de Vietnam que era posible contar con un avión que desempeñara las dos funciones.
De esa necesidad nació el F-16 Fighting Falcon. Pero la Navy quería más potencia. El F/A-18 mostró todas sus capacidades en la guerra del Golfo. Solo se perdieron tres aviones. La precisión en las misiones de ataque llegó al extremo de que dejó inservibles los A-6E. Volvió a servir en Bosnia, Kosovo y Afganistán tras el 11-S.
Hace dos meses, un Super Hornet del escuadrón a bordo del George H. W. Bush como el que atraviesa la puerta en la barrera del sonido se enfrentó en vuelo a un bombardero Su-22 de las Fuerza Aéreas de Siria que atacaba posiciones de la oposición, cerca de Tabqa. Fue el primer derribo de un avión tripulado desde 1999 y el primero que abatió la versión más avanzada del F/A-18. Todo en ocho minutos.
Boeing presume de que cada Super Hornet se entrega en el plazo dado por el Pentágono y respetando el presupuesto. No es algo casual si se revisa el historial de problemas que acumula la entrada en servicio del F-35 de Lockheed Martin.
El presidente Trump creó en plena transición de poderes gran revuelo al decir en Twitter que había pedido a Boeing que le presentara una oferta para modernizar la flota aérea de la Navy con un Super Hornet avanzado. Hacía referencia al “tremendo” coste del F-35. Hay cosas que, sin embargo, nunca podrá hacer este bimotor: despegar y aterrizar en vertical desde pequeños portaviones.
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