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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Gritos que no se oyen

No tiene sentido privar de libertad a gente por no tener la documentación en regla

Ventanas del Centro de Internamiento de Aluche.
Ventanas del Centro de Internamiento de Aluche.Laura Tárraga

Hace un par de días 86 personas que estaban retenidas en el CIE de Aluche iniciaron una protesta colectiva. El CIE (Centro de Internamiento para Extranjeros) es una cosa rara. No es una cárcel, no es un centro, es un no lugar. Es un sitio donde no hay reglas claras porque no se quieren poner. Es un sitio donde hay gente privada de libertad. Es un sitio donde se mezcla a personas que han cometido delitos, algunos de cierta magnitud, con personas cuya única falta es ser extranjeras y no tener los papeles en regla. Son un desastre.

El Servicio Jesuita a Migrantes presentaba en junio un informe en el que se denunciaba el incremento del número de internos por primera vez en cinco años y la presencia de menores y de víctimas de trata en los centros. En el último mes, el Juzgado de Instrucción número seis en funciones de control del CIE ha emitido cuatro autos requiriendo a la dirección del centro que se cumpla la normativa en asilo, deportaciones y sanidad. Es decir, que los CIE no solo son un desastre, sino que además todo el mundo lo sabe.

El pasado lunes algo pasó en el CIE de Aluche. Un interno de origen marroquí puso una denuncia acusando a tres policías de haberle propinado puñetazos y patadas al quejarse por la comida. Al parecer este incidente y el posterior aislamiento del interno provocaron la protesta de sus compañeros horas más tarde. Tras interponer la denuncia las autoridades del centro informaron al interno de que sería deportado en los días siguientes. Pero ahora acaban de anunciar que dicha deportación no tendrá lugar y podrá quedarse para que los hechos se esclarezcan. Pero se supone que el CIE está lleno de cámaras y resolver este enigma debería ser fácil.

Sea como fuere, el tema de los CIE es un horror. Son muchas las voces que estamos unidas pidiendo que se cierren estos centros. No tiene sentido privar de libertad a gente por no tener la documentación en regla cuando la administración es incapaz y no tiene la voluntad de hacer frente a la demanda que existe. Las peticiones de asilo están bloqueadas en España desde hace años. Las regularizaciones son milagrosas. El Estado prefiere claramente mantener a los extranjeros en situación irregular, como demuestran las declaraciones de nuestro ministro Zoido en mayo en las que planteaba abrir algún CIE más.

86 personas unieron sus voces el lunes para decir basta ya, somos personas, no animales; somos honradas, no delincuentes; no nos pueden tratar así. Pero sus voces sonaron muy bajitas. Estamos en pleno mes de agosto y, entre tinto de verano y tinto de verano, el personal solo consume películas de clase B y noticias sobre Cristiano Ronaldo. Me gustaría honrar de alguna forma estos gritos que no se oyeron pero lo único que se me ocurre es pedirle que firme, si no lo ha hecho ya, esta petición para que el gobierno no abra más centros. Paso a paso.

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