Isabel Pantoja, 61 años dando el cante
La tonadillera cumple años y se refugia en un perfil más discreto desde que salió de la cárcel y regresó a los escenarios
La vida de Isabel Pantoja, que hoy cumple 61 años, ha cumplido con los estereotipos que le corresponden por profesión y ha escrito sus propios renglones torcidos por amor o por exceso de confianza propia y ajena.
El éxito ha acompañado una carrera cincelada a golpe de esfuerzo sobre los escenarios desde que con siete años comenzó a actuar como parte del cuadro flamenco de su primo Chiquetete. El arte le venía de familia, su padre, Juan, fue letrista de fandangos y su madre, Ana, bailó en las compañías de Pepe Pinto y Juana Reina. Fuerza, raza, voz, pasión y drama han ido acompañando sus actuaciones y también sus miserias.
Se casó con un torero, Francisco Rivera Paquirri, y cumplió así con el amor y con la imagen de postal propia de un recuerdo guiri de la España más típica y tópica. Como si se tratará de un guion escrito para un melodrama al uso, un toro llamado Avispado la convirtió en la viuda de España el 26 de septiembre de 1984 en la plaza de Pozoblanco, Córdoba. La primera sombra trágica hizo acto de presencia cuando hacía solo siete meses del nacimiento del único hijo de la pareja, Kiko Rivera. Pero la muerte del que afirma ha sido el amor de su vida no pudo con ella y, tras unos años de desolación, volvió la artista. Cantó, adoptó a otra hija de origen peruano, Isabel, Chabelita para casi todos, volvió a sonreír y se atrevió de nuevo a lanzarle un tiento al amor. Primero junto al empresario Diego Gómez con quien mantuvo una relación de cuatro años. Después con Julián Muñoz, a quien conoció en 2002 y con quien oficializó su relación sentimental en 2003 cuando todavía era alcalde de Marbella y estaba casado con Mayte Zaldívar.
La felicidad de estar de nuevo enamorada fue más fuerte que la persecución mediática, los “dientes, dientes” con los que animó a su pareja en referencia a que sonrieran sí o sí frente al vendaval que comenzó a arrastrarles no pasado mucho tiempo. La artista siguió, pero el personaje rosa la fagocitó hasta que llegaron las banderillas más dolorosas. Porque el despecho de la mujer abandonada llevó a la justicia a indagar en los ingresos del novio recién estrenado y “el dinero que entraba en casa en bolsas”, según declaró la exmujer de Muñoz, se tradujo en un proceso que acabó con el exalcalde en la cárcel en julio de 2006 y con la detención de las dos mujeres que la fiscalía entendió se habían beneficiado del dinero que este adquirió de forma ilícita¸ Zaldívar en noviembre de 2006 e Isabel Pantoja en mayo de 2007, ambas acusadas de blanqueo de capitales.
La estocada para la cantante no fue la decepción, la separación de Julián Muñoz ni el juicio paralelo que tuvo lugar en los programas televisivos dedicados al corazón y los famosos. El momento en que hincó la rodilla herida grave, aunque no de muerte, fue su ingreso en la sevillana prisión de Alcalá de Guadaira el 21 de noviembre de 2014. Dos años de condena y 1,4 millones de euros de multa por blanqueo.
Cumplió, quedó en libertad y prepararon su regreso. Porque el sello discográfico Universal vio el negocio de una vuelta épica a los escenarios y firmó con la tonadillera un nuevo disco –que se había grabado en secreto en México durante el verano de 2014 de la mano de Juan Gabriel– y una gira mundial que tuvo que esperar porque el juez de vigilancia penitenciaria negó el permiso para que la cantante saliera de España, aunque fuera por motivos profesionales.
El 11 de noviembre de 2016 volvió a actuar, por primera vez tras salir de prisión, en Aranjuez y allí presentó su nuevo disco, Hasta que se apague el sol. En febrero de 2017 llegaron los escenarios de Madrid, Barcelona y Viña del Mar, en Chile. El pasado mes de junio se entregó a su público en Sevilla. “Sigo estando aquí”, dijo. Toda una declaración de intenciones. Fuera de los escenarios, donde se comenta que el éxito no ha sido tan abrumador como se esperaba, Isabel Pantoja ha escogido el silencio. Ninguna entrevista, sólo una aparición en el programa de Pablo Motos El Hormiguero a mayor gloria de su imagen más blanca y campechana. Nada de intervenir en los dimes y diretes que afectan a sus dos mediáticos hijos y pocas imágenes, la mayoría de ellas captadas en su camino del trabajo a casa, muchas veces acompañada por su hermano Agustín y de ese gesto tan suyo de taparse la garganta con la prenda que lleve más a mano.
La última noticia sobre la cantante llegó en junio: la productora BTF Media, con cuartel general en Miami, desveló que llevaban seis meses trabajando junto a Isabel Pantoja y su hermano Agustín para realizar una serie sobre la vida de la artista. Afirmaron que se rodará en España y con intérpretes españoles, pero en ese momento no había guionistas ni número exacto de capítulos.
Se escriba o no esta parte de la historia, Isabel Pantoja tiene, por ley natural, más pasado que futuro, pero queda tiempo para la artista y para la persona. Ella decidirá cuándo y cómo rentabilizar sus vivencias. Sólo ella sabe si optará por centrarse en su voz o seguir alimentando beneficiosas exclusivas. Cumplida su condena, pagada su deuda, sólo queda juzgar la calidad de su cante.
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