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CULTURA Y OCIO

Diez viajes a la ópera sin moverse de casa

Una caprichosa selección, sin pretensiones jerárquicas, de iniciación a este género

Un momento de la representación de la ópera 'Don Carlo', de Verdi, en el Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial.
Un momento de la representación de la ópera 'Don Carlo', de Verdi, en el Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial.Julián Rojas

Son restrictivos, excluyentes y arbitrarios los consejos que puedan aportarse a una videoteca de iniciación a la ópera, así es que un camino tan válido como cualquier otro no consistiría tanto en delinear una antología de las obras imprescindibles en la aspiración de un canon dogmático como "amontonar" los acontecimientos que más hayan podido impresionarles a uno, sobre todo cuando reúnen la extraña coincidencia de un fenómeno musical a la altura de un fenómeno escénico. He aquí la caprichosa selección. Desglosada sin pretensiones jerárquicas.

1. "Tristán e Isolda", de Richard Wagner (Deutsche Grammophon)

Puede que no exista en la historia de la ópera una obra de la importancia, trascendencia, repercusión e influencia que el "Tristán" de Wagner. Han proliferado las grabaciones de gran altura, muchas de ellas captadas en vivo, en el Festival de Bayreuth, pero probablemente no existe mejor referencia audiovisual de la que nos proporcionan la clarividencia musical de Daniel Barenboim y la hondura teatral de Heiner Müller. Se concibió el acontecimiento sobrenatural en la propia "colina verde" de Bayreuth. Y contribuyeron a sublimarlo las voces en estado de gracia de Siegfried Jerusalem y Waltraud Meier.

2. "Los troyanos", de Hector Berlioz (BBC-Opus Arte)

He aquí una de las grabaciones más felices del catálogo audiovisual. La afinidad de John Eliot Gardiner a la obra mayúscula de Berlioz adquiere el vuelo de una dramaturgia prodigiosa de Giannis Kokkos. Que no aspira a la transgresión, sino a la audacia estética y conceptual. Colaboran a la grandeza de "Los troyanos" las voces de un reparto en estado de gracia. Tanto por la impactante actuación de Ana Caterina Antonacci en el papel de Casandra , como por la contribución de las estrellas del reparto: Susan Graham y Gregory Kunde. El acontecimiento se produjo en el Teatro Châtelet de París. Y traslada toda la pasión que se vivió en el patio de butacas.

3. "Katia Kabanova", de Leos Janacek (FRA Opera, Harmonía Mundi)

El Teatro Real tiene derecho a adherirse a la relación de los mejores DVD'S concebidos en los últimos tiempos, sobre todo por esta sobrecogedora y angustiosa versión de "Katia Kabanova" que el director de escena canadiense Robert Carsen concibió en la temporada de 2008. No podía estar en mejores manos, al mismo tiempo, la música desgarrada de Janaceck. Tanto por el criterio de Jiri Belohlavek en el foso del coliseo madrileño -la tensión, los matices, la arquitectura sonora, la "pegada"- como porque la soprano finlandesa Karita Mattila llevó la agonía de su personaje a una de las mayores cimas interpretativas del Teatro Real en toda su historia: la pretérita y la contemporánea.

4. "Elektra", de Richard Strauss (Naxos)

Es la obra maestra y póstuma del cineasta francés Patrice Chéreau. Una dramaturgia esencial, árida, incluso claustrofóbica que antepone el desgarro humano al antecedente mitológico. La "Elektra" de Chéreau es contemporáneamente antigua. Y representa una mujer vulnerable, epasmódica, tan desdichada en la tragedia familiar como en el vacío que le proporciona la venganza. Difícil, muy difícil, encontrar una versión tan honda, telúrica, rotunda, como la que proporciona Esa-Pekka Salonen en sintonía con los músicos de la Orquesta de París. Imposible encontrar una interpretación más rotunda, intensa y arrebatadora de la que proporciona la cantante germana Evelyn Herlitzius en un impresionante ejercicio de ensimismamiento. Esta grabación es dolorosa y catártica.

5. "Werther", de Jules Massenet (Decca)

Ni Massenet estaría entre los diez compositores más importantes de la historia, ni "Werther" podría figurar entre las diez óperas más importantes de la historia, pero semejantes evidencias no contraindican la oportunidad de recomendar este magnífico testimonio audiovisual concebido entre las paredes de la Ópera de París. La dramaturgia de Benoit Jacquor es tradicional/convencional en la mejor acepción posible -gran trabajo de actores, sutiles hallazgos conceptuales-, del mismo modo que se antoja memorable -en el matiz, en la ingeniería- la refinada e intensa dirección musical de Michel Plasson. Se percibe en la grabación la efervescencia y la emoción de los espectadores parisinos, fundamentalmente por la plenitud canora de Jonas Kaufmann y por la sensibilidad de Sophie Koch.

6. "L'Orfeo", de Claudio Monteverdi (varias opciones)

Cualquier discoteca/videoteca debería construirse a partir de "L'Orfeo" de Claudio Monteverdi. Que figura como la primera ópera de la historia digna de llamarse tal y que ha encontrado excelentes versiones en el ámbito audiovisual. Es justo y necesario referirse a la versión que concibieron en Zürich Jean Pierre Ponnelle y Nikolaus Harnoncourt (Uintel, Deutsche Grammophon), pero también destacar la poética concepción escénica de Tisha Brown a la que dio tanto vuelo la batuta de René Jacobs (BBC, Opus Arte), incluso la clarividencia sonora con que el maestro Jordi Savall marcó un hito en el Liceo (2002), sintonizando con la fábula dramatúrgica de Gilbert Defló (Opus Arte).

7. "Lady Macbeth", de Dimitri Shostakovich (Opus Arte)

No es sencillo asomarse a la desquiciada y claustrofóbica versión de "Lady Macbeth" que concibieron en la Opera de Holanda el maestro Mariss Jansons y el director de escena Martin Kusej. Destripan ambos la ópera de Shostakovich, la dotan de una intensidad y de una tensión que sujetan al espectador en una situación límite. Mérito del desgarro mismo de la partitura, pero también del memorable trabajo de Eva Maria Westbroek como protagonista absoluta y exuberante de una ópera que asusta, golpea y estremece.

8. "Don Giovanni", de Wolfgang Amadeus Mozart

He aquí una ópera imposible, probablemente por la dificultad de llevar a escena el concepto mismo del drama giocoso. Luz en la sombra, sombra en la luz, ironía, dolor, sexo, poder. El gran fresco de Mozart no ha tenido suerte en las grabaciones casi por definición, aunque se han acercado al misterio Peter Brook en su versión minimal (BelAir)de Aix en Provence -dirige la orquesta el entonces jovencísimo Daniel Harding-, como lo hizo la batuta de Wilhelm Furtwängler en la histórica versión salzburguesa de 1954 (Deutsche Grammopon), estimulando un reparto de absoluta excelencia.

9. "Boris Godunov", de Modest Mussorgsky (Philips)

Este operón del repertorio ruso necesita los mejores medios para hacerse verosímil. Por eso resulta oportuna, rotunda, definitiva la mirada escénica que le concedió el cineasta Andrei Tarkovski. Y la corpulencia e inspiración que subrayan el criterio dramático del maestro Valery Gergiev en el foso del Teatro Mariinsky de San Petersburgo. Se manifiesta así una versión categórica de "Boris Godunov" de la que participan las voces de Robert Lloyd, Olga Borodina y Sergei Leiferkus, entre otros artífices.

10. "Don Carlo", de Giuseppe Verdi (EMI)

No ocupa Verdi el último lugar por razones jerárquicas. El maestro italiano bien podría estar el primero, disputando la hegemonía a Wagner. Por cantidad. Y por calidad. De ahí la dificultad que supone escoger un título, una sola opción, en un catálogo tan extenso. Reviste mucho interés "La Traviata" con la que Georg Solti descubrió a Angela Gheorghiu (DECCA) en el Covent Garden, pero también merece destacarse el imponente "Don Carlo" que Riccardo Muti "organizó" en La Scala de Milán alineando un ejército de voces en el que destacan Pavarotti, Daniela Dessì, Samuel Ramey, Lucia D'Intino.

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