Ascensión Mendieta, Pulitzer
80 años después, esta señora ha podido localizar los restos de su padre, fusilado, y darles sepultura. Nunca olvidaré su imagen velándolo. Y no solo la imagen, que merece un Pulitzer, sino el tesón de quien tras agotar todas las vías para lograrlo en España apeló a la ayuda de otros países. Quien quiere encontrar, y es firme, termina encontrando. El caso de Ascensión merece reconocimiento. Nos hace reflexionar sobre por qué no se ha podido conseguir antes, sobre la falta de ayudas, sobre la necesidad de apoyo institucional y, sobre todo, de la comprensión de las personas. Búsquedas que se llegan a convertir en obsesiones. Cuantas más puertas cerradas se encuentran, más se trabaja por abrirlas o por encontrar otras vías. Personas que unas veces buscan restos de familiares, otras veces, como en mi caso, buscamos recuerdos y familiares. Un reconocimiento que hará que muchas personas sigan en su búsqueda. Una fiesta para la democracia, para quien ame la justicia y la libertad.— Juan Pedro Rodríguez, sobrino-nieto de un deportado en la Alemania nazi. Leganés (Madrid).
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