El ‘low cost’ llega a las mudanzas con subastas a la baja
La 'start-up' española Furgo gestiona unos 1.200 portes al mes con servicios a la mitad de precio
Para viajar de Salamanca a Madrid con todos sus bártulos, María Dolores Villalobos, de 28 años, consiguió a un transportista que le hacía la mudanza por 150 euros. Una mudanza que incluía maletas, sillas y unas cuantas cajas con demás enseres de la casa, e incluso a ella misma montada en el camión. Un servicio low cost que encontró después de buscar y preguntar a otras empresas, que le ofrecían el mismo servicio por el doble de precio que Furgo, una aplicación de economía colaborativa. El 55% de la población española utilizó servicios de este tipo de economía al menos una vez en el último año, como se recoge en el primer informe sobre economía colaborativa en España, adelantado en el reciente evento Sharing Madrid.
"Tras pasar un par de días, me quedé con el transportista que me hacía una oferta por 150 euros. Si hubiera esperado más, posiblemente la habría conseguido más barata", afirma Villalobos. Para encontrar un servicio en Furgo, el usuario publica un anuncio incluyendo el trayecto de la mudanza y los bultos o muebles que necesita trasladar. La aplicación notifica a los transportistas de su zona de influencia y se abre una subasta pública en la que estos pujan a la baja por el desplazamiento. "Lo que queremos solucionar es el problema que tienen las personas a la hora de mover objetos voluminosos y ponerlos en contacto con los transportistas, ya que hay mucho autónomo en la carretera sin brazo comercial", explica Javier Sánchez-Marco, CEO de la empresa.
El secreto está en unir varios portes en un solo desplazamiento para ahorrar costes por trayecto
Entre los 3.000 autónomos transportistas de la plataforma se encuentra Cristian Scoarta. Antes trabajaba como conserje, pero encontró un filón en el negocio de las mudanzas gracias a la plataforma. "Hay bastante diferencia. Un transportista autónomo normal puede llegar a cobrar un sueldo, un sueldo de 1.000 o 1.200, una cosa así. Pero nosotros podemos llegar hasta 2.000 euros o más", afirma desde la ventana de su camión, mientras realiza una mudanza en el centro de Madrid. Desde la Asociación de Transportistas Autónomos no pueden confirmar cuánto suele percibir un transportista autónomo, porque "depende de cada caso".
Para desplazamientos entre distintas ciudades alejadas de España, el secreto está en reunir varios portes en uno solo y ahorrar en el coste del trayecto. Eso fue lo que le ocurrió a Villalobos. El camión que la recogió en Salamanca paró en Valladolid ese mismo día para recoger una motocicleta, antes de descargar en la capital. "Transportes de muebles, cajas y objetos personales en un trayecto como de Madrid a Sevilla –531 kilómetros– puede llegar a 150 o 200 euros, pero más de 250 es para hacer un transporte especial. Si no fuera a través de Furgo, entre 450 y 500", añade Scoarta, dato que coincide proporcionalmente con el precio que le pedían a esta psicóloga fuera de las ofertas de Furgo.
Scoarta es transportista en Furgo desde hace algo más de 12 meses, prácticamente el mismo tiempo que tiene la aplicación. La plataforma es de esas una de cada nueve start-ups que superan su primer año de vida con éxito en España. Sus fundadores son Javier Sánchez-Marco, de 45 años, y Alfonso Jiménez, de 31, unos enamorados de la tecnología y profesionales del sector de los dispositivos móviles desde hace una década. Antes de montar la plataforma, ocuparon empleos en los que necesitaban cambiar de residencia con frecuencia y encontraban dificultades o precios desorbitados para trasladar sus cosas. Así surgió Furgo. Ahora la integran seis trabajadores a tiempo completo, que desempeñan la actividad en una sala de un coworking del Paseo de Gracia, en Barcelona. Sus competidores son empresas extranjeras que desarrollan el mismo tipo de negocio en España. Ellos son españoles y fueron pioneros en instaurar este tipo de servicio en el país, basándose en un modelo que ya llevaba unos 15 años implantado en Estados Unidos.
Economía colaborativa
Furgo se integra dentro de cientos de plataformas de economía colaborativa que han surgido en los últimos años. No hay un directorio específico de cuántas hay registradas en España, pero sí asociaciones en las que se inscriben de manera voluntaria, como en la web consumocolaborativo.com, donde hay apuntadas unas 350. Lucía Hernández es conectora en Ouishare, otra de estas organizaciones, y confirma su aumento: "Estas plataformas tecnológicas permiten el intercambio de valor entre personas. Como son más eficientes, cada vez más ciudadanos se fijan en ellas para montar su propia empresa y aparecen en sectores en los que antes no estaba implantada".
Eso ha ocurrido con Furgo y las mudanzas. "Somos una empresa de economía colaborativa en el sentido de que damos cabida a cientos de transportistas autónomos que hay en la carretera, para responder a una alta demanda de los usuarios", manifiesta Sánchez-Marco. La Asociación de Transportistas Autónomos tiene 200 afiliados, pero no tiene un dato completo de cuántos operan en total en el territorio español. Los beneficios económicos de Furgo vienen de una comisión que cobran al transportista por porte vencido con éxito y tributan por el impuesto de sociedades. Hasta ahora no han tenido ningún problema legal, como ha ocurrido como con otras aplicaciones plataformas como Uber o Airbnb. "Somos más MyTaxi que Uber, no competimos con los transportistas, sino que les facilitamos nuevos trabajos", detalla Sánchez-Marco.
Desde la plataforma se afirma además que su éxito también reside en el aumento de los cambios de residencia de los trabajadores y la compraventa de artículos de segunda mano a través de otras nuevas aplicaciones como Wallapop, en la que se venden artículos de segunda mano. El informe sobre economía colaborativa adelantado recientemente indica que entre el 35% y el 40% de los españoles que utilizaron la economía colaborativa lo hicieron precisamente para realizar alguna compra o venta de bienes de segunda mano.
Respecto a la movilidad laboral, el último mapa publicado por la Agencia Tributaria a finales de 2016 recoge que 17.203 trabajadores emigraron de Andalucía a Madrid y 109.304 se movieron por todo el territorio nacional. Villalobos es granadina y trabaja en Madrid porque en su ciudad le es "casi imposible" encontrar un empleo. Ya instalada, entre los muebles que trajo desde Salamanca, subraya la necesidad de evolucionar: "Como en la mayor parte de los negocios, en la actualidad las empresas tradicionales tienen que adaptarse a las nuevas circunstancias y la competencia lo tiene que aceptar, siempre y cuando se haga de forma legal y controlada. Posiblemente este momento le haya llegado también al sector de las mudanzas, como a tantos otros".
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