Querido padre
NO ME RESULTA difícil escribirte, hablar contigo siempre fue fácil. En la última novela te pongo como Juan Delforo, por aquello de que “del foro” viene a ser natural de Madrid. Un truco para sacar tu apellido y que no se note, yo mismo también me pongo y salgo en algunas. O sea que también soy personaje de mis novelas. Y nadie se entera. Mira, lo que voy a decirte es que en esta novela salimos los tres, tú y madre y yo. Os saco a ti y a mamá y me invento una historia con vosotros. Ya te digo, trata de los tres y además de la Guerra Civil y del amor, ya ves. Y de muchas más cosas.
Te moriste en accidente de coche en 1970 y mamá hace poco, en 2014, con 98 años. Lo que quiero decir es que me he imaginado mucho esta novela. Nosotros hemos hablado lo que no está escrito sobre la Guerra Civil, las luchas entre los dos bandos, los fusilamientos, la cárcel, tu larga etapa en el Penal del Puerto, vuestro amor, la lucha armada de tanta gente, los sueños. Ya sabes que una novela no es un libro de historia, cualquiera entiende eso, pero este país sigue un poco raro con este tema, parece que todavía hay gente que no lo tiene demasiado claro, ¡qué le vamos a hacer! Eso me lo han dicho los amigos: “¡Mira que ponerte ahora a sacar una novela con la guerra!”. Y yo les respondo: “¡Que no es de la guerra, choris!, que es sobre una época, sobre el amor, la soledad, la traición, los sueños y la frustración”.
Ya sabes que una novela no es un libro de historia, cualquiera entiende eso, pero este país sigue un poco raro con este tema.
Cuando termino una novela me pongo a pensar y resulta que empiezo a recordar frases, palabras, tonos, personajes… de otras novelas que he leído, y hasta de las que no he leído, como si se hubiesen quedado pegados a mis libros y no pudiera quitármelos de la cabeza. Y eso no es lo malo, hay cantidad de personas, padre, que de tanto hablarme de la guerra y de lo que hicieron, se me quedaron las frases y los pensamientos y el ceño fruncido, si me pongo a recordar tantas canalladas y tanta mala suerte de tanta gente que lo pasó tan mal.
¿De qué va a escribir uno, padre? Eso todavía no te lo he dicho. He escrito siempre de lo mismo. Y no te extrañe. Con ser de una manera es suficiente, me lo enseñaste tú. Bueno, y algunas otras personas, no muchas. Tú lo hiciste mejor, no insistías. Igual que madre. Solo sabes de dos cuentos míos escritos a mano en el Semanario Escurialense en 1961 y de las cuartillas emborronadas que te enseñaba. Ahora tengo más edad que tú, no más experiencia, y más libros y conferencias y artículos, pero tú sabías más, estuviste en la guerra, madre también, luchasteis por la República, por la libertad, qué cosas.
Un abrazo a los dos.
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