Esta mujer lo sabe todo sobre huertos en las azoteas de Nueva York
Annie Novak, innovadora y experta en jardines en altura, cuenta cómo ha evolucionado la relación con la agricultura en las ciudades y da pistas sobre cómo construir un huerto sobre una cubierta de un edificio
Annie Novak es co-fundadora de Eagle Street Rooftop Farm, de Brooklyn, Nueva York, y fundadora y directora de Growing Chefs. Ha participado en la Jornada sobre Agricultura Urbana Sostenible en Altura, recientemente celebrada en la Universidad Politécnica de Madrid, y organizada por el Foro Agrario y el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano. Aprovechamos para intercambiar ideas sobre sus actividades en agricultura urbana.
Pregunta: Usted es especialista en agricultura urbana, un área donde se aprecia un gran dinamismo. ¿Cuáles fueron los motivos que le llevaron a dedicarse a este campo?
Respuesta: Al principio quería aprender más sobre la agricultura y la jardinería porque tenía curiosidad sobre cómo cultivar plantas, y de dónde venía la comida. Pero con el tiempo me di cuenta que lo que más me gusta de este trabajo es estar al aire libre, trabajando con las manos, y con otras personas. La comunidad que se forma entre personas, plantas y la tierra es lo que más impacta. Crear ese tipo de comunidad en una ciudad es potente. Cambia tu enfoque sobre la vida urbana. Es importante recordar que las ciudades también fueron, tiempos ha, paisajes abiertos y verdes. Y se puede reestablecer aquello con este tipo de trabajo.
P: Dentro de sus múltiples facetas, como directora y fundadora de Growing Chefs, actividad en el New York Botanical Garden, cofundadora y agricultora de Eagle Street Rooftop Farm, autora de publicaciones y bloguera… ¿A cuál de ellas le dedica más tiempo?
R: Llevo en el Jardín Botánico de Nueva York desde 2005, y fundé Growing Chefs el mismo año. Puse en marcha el Eagle Street Rooftop Farm en 2009, cuando solo iba al Jardín Botánico tres días a la semana. Al año siguiente, ascendí y empecé a trabajar a jornada completa, por lo que ahora superviso Growing Chefs y el Rooftop Farm durante el fin de semana, y temprano por las mañanas, y acudiendo al huerto al acabar la jornada. Sé que suena a mucho, pero en realidad es muy manejable porque cuento con colaboradores maravillosos que trabajan conmigo, y porque me encantan mis labores. Y sí, además tengo vida privada. Tengo aficiones y amigos y voy a la ópera y otras cosas divertidas. Trabajo en Nueva York, ¡donde no dormimos nunca!
P: Esta ciudad está siendo una de las más activas en incorporar la naturaleza en el entorno urbano. ¿Cuáles son los principales beneficios obtenidos? ¿Hay muchas diferencias entre los distritos?
R: Antes pensaba que el Central Park era el espacio verde más importante en Nueva York, pero cambié de idea cuando empecé a conocer más sobre la actividad ornitológica (buscando a las aves y observándolas). Hay tantos sitios en la ciudad, por todas partes, que cuentan con "parques de bolsillo" y hermosos espacios verdes. En realidad, uno de los distritos más bonitos en cuanto a los espacios verdes es el de Queens. Allí incluso en la proximidad del aeropuerto Kennedy, tenemos una gran zona silvestre muy bonita que se llama Jamaica Bay Park. Cientos de miles de aves utilizan este espacio en su camino hacia el Ártico y Canadá. Como persona que ama las plantas, me alegré mucho al descubrirlo. Me recuerda que no puedes borrar la historia de un lugar, incluso si construyes una ciudad encima.
P: ¿Cuáles son, en su opinión, las dificultades a que se enfrenta la agricultura en altura (vertical agriculture), para su implantación en el medio urbano? De tipo técnico, administrativo, social, económico…
R: Respecto al cultivo en cubierta, existen unos pasos previos necesarios. Tienes que conseguir el permiso del propietario del inmueble, y asegurarte de que el edificio puede soportar el peso del proyecto. En Nueva York también tienes que asegurarte de que el parapeto (muro que rodea el jardín) tenga la altura legal para que haya un jardín y que pueda visitarlo la gente. También tienes que asegurar que la puerta de acceso esté a la misma altura que la cubierta - no puedes utilizar una escalera externa contra-incendios, por ejemplo, para llegar a la cubierta. Como medida de seguridad es importante también garantizar que el agua utilizada no dañe la cubierta. Respecto a la cuestión económica, con frecuencia es más fácil para el agricultor vender las verduras a mayor precio porque los compradores están dispuestos a pagar más por productos cultivados tan cerca de su casa. Este aspecto nos ha favorecido, porque establecer un huerto en altura puede ser caro. No es como hacerlo a nivel de suelo, donde está la tierra. Aquí, tuvimos que pagar el sustrato de cultivo y ¡transportarlo hasta el huerto!
P: Una de las actividades es su programa educativo a través de Growing Chefs. ¿Podría decirnos cómo funciona? ¿Cuántas personas están involucradas? ¿Cuáles son sus resultados?
R: Growing Chefs se fundó en 2005 como organización sin ánimo de lucro dedicada a enseñar a estudiantes de todas las edades sobre la comida desde el campo hasta la mesa. Normalmente trabajamos con colegios a través de los cursos de Ciencias y Matemáticas, porque enseñamos jardinería y cocina desde un punto de vista matemático y científico. Aprenden a medir utilizando fracciones, etcétera. Una de las cosas que más me ha sorprendido, además del beneficio del programa para los estudiantes, por supuesto, es que los profesores también han crecido y prosperado mucho al tener la oportunidad de colaborar con nosotros. Trabajamos con nuevo personal y profesores continuamente, y siempre tienen ideas maravillosas que aportar.
P: En su experiencia internacional ¿podría decirnos las principales diferencias en las agriculturas urbanas de ciudades en países desarrollados y en desarrollo?
R: Sinceramente, la diferencia está menos en la técnica – cultivar alimentos es bastante similar por todo el mundo – que en la tecnología que lo apoya. Por ejemplo, el teléfono móvil ha cambiado mucho la manera de trabajar de los agricultores en todo el mundo. Puedes comprobar el tiempo en el teléfono, y puedes llamar a otros agricultores, o llamar al "mercadillo de agricultores" antes de llevar los productos, y comprobar los precios. Esto supone una enorme diferencia para agricultores que, por ejemplo, no pueden permitirse refrigerar sus productos. He visto este cambio en las vidas de los agricultores en Tanzania, Bolivia, etcétera.
P: En 2010 fue usted nominada “Cutest Organic Farmer” en USA. ¿Cuál es la evolución y perspectivas de la agricultura ecológica en su país?
R: Que sea simpática o no, la agricultura sigue requiriendo un duro trabajo. Merece mencionarse que la persona que fue elegida en segundo lugar en ese ranking de “Cutest Organic Farmer” fue Michelle Obama, aunque realmente hizo mucho más para cambiar las perspectivas de nuestro país respecto a la comida, la nutrición y la jardinería que yo. Lo importante es que las dos - Michelle Obama y yo, a un nivel mucho más pequeño – hicimos una cosa muy valiosa para los agricultores: cambiamos la imagen del “agricultor” para que pudiera incluir a una mujer fuerte, una mujer inteligente, y una persona joven. En Estados Unidos, todavía, la mayoría de los agricultores son hombres mayores de raza blanca. Ha sido increíble que en los últimos diez años, una mujer afroamericana bella e inteligente como Michelle Obama haya podido representar lo que significa ser jardinero orgánico. Me parece maravilloso. Hay que entender que la historia de la agricultura en Estados Unidos está teñida con la historia terrible, horripilante, y nefasta de la esclavitud. Yo lloraba de alegría cuando Michelle Obama plantó el huerto en la Casa Blanca, y recuperó el poder positivo de la jardinería. Mostró al país una vez más que empoderaba, y no desempoderaba, hacer jardinería. Enviaba el mensaje de que comer sano era importante, en un momento en que por todo Estados Unidos hay gente que lucha contra la obesidad, no tiene fácil acceso a alimentos buenos, y se está desconectando de la naturaleza. Es difícil entenderlo si no eres afroamericano, pero ha sido enormemente importante.
P: Finalmente, ¿podría indicarnos los principales retos a los que se enfrenta la agricultura en altura y cuáles son las principales acciones que nuestra sociedad debería desarrollar?
R: Sinceramente, lo más bonito de cultivar verduras es que puedes cometer errores todos los años, y cada año tienes la oportunidad de comenzar de nuevo, desde el principio, e intentar hacerlo mejor. Cuando haces un huerto en una cubierta, siempre que esté permitido, no perjudique el edificio, tengas acceso a agua y empieces con el suelo adecuado, las plantas te permiten cometer errores y empezar de nuevo si hace falta. Yo me embarqué en esta actividad porque la quería hacer el resto de mi vida. Cuento con que cometeré muchos errores, pero siempre que mejore cada temporada, y que me haga las preguntas adecuadas, y siga practicando para mejorar, estaré bien. Es como practicar un deporte. Sólo hace falta procurar respetar las reglas, entrenar lo más que puedas, y tener una buena actitud frente a la derrota. Hace tan solo cien años todo el mundo sabía hacer este tipo de trabajo. Sólo tenemos que volver a recordarlo.
Isabel de Felipe es Profesora Ad Honorem de la Universidad Politécnica de Madrid y miembro del Consejo de Dirección del itdUPM (Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano). Pertenece al Consejo Asesor de Cooperación de la Universidad Politécnica y es evaluadora de proyectos de varias instituciones. Ha dirigido numerosos proyectos en América, Asia y África, y ha colaborado en proyectos de investigación de la UE, publicado artículos y libros, y participado en congresos, en el ámbito de la Agricultura para el Desarrollo.
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