El progreso
Comentaba un tertuliano en un programa de radio que hay hoteles donde las trabajadoras encargadas de la limpieza de habitaciones reciben instrucciones de comportamiento entre las que, por ejemplo, se encuentran las de evitar mirar directamente a los ojos de los clientes y procurar mantenerse a dos o tres pasos de distancia de los mismos. Es probable que se anuncien como establecimientos en los que destaca el confort, el trato amable, la modernidad de las instalaciones y la posibilidad de estar informado y comunicado a través de Internet cuando, por otra parte, las empleadas referidas deberán de comportarse ante el cliente como si se tratara de un faraón del antiguo Egipto. Qué es el progreso, ¿fabricar trenes de alta velocidad para viajar al pasado social o configurar un modelo de sociedad desarrollado en valores humanos y bienestar general sirviéndose de la ciencia y la tecnología? Particularmente me parecen más atractivos y acogedores aquellos espacios donde la dignidad y consideración hacia las personas no varía en función del rol social desempeñado.— Alejandro Prieto Orviz. Gijón (Asturias).
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