7 fotos7 formas sutiles que su piel tiene de decirle que vaya al médico yaParecen señales inofensivas, pero en ocasiones ocultan males mayores. ¿Rojez en las mejillas tras un día al aire libre? Quizás no sea el sol…Ángeles Gómez López24 may 2017 - 10:02CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLos dermatólogos conocen bien qué puede ocultarse detrás de esas manchas rojas con forma de insecto: “El lupus, una enfermedad sistémica que puede afectar al riñón y otros órganos”, alerta Ramón Grimalt, profesor de Dermatología de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC). Son avisos que van y vienen, y están relacionados con la exposición al sol, por ello, es frecuente que la llegada del buen tiempo coincida con las primeros síntomas de la enfermedad. Según el médico, “en estos meses muchas personas no utilizan protección solar y se ponen coloradas, pero no le dan importancia”. Si a alguien que no se suela poner rojo le aparecen unas manchas en las mejillas y la nariz después de un día al aire libre, lo mejor es que consulte con un facultativo, especialmente las jóvenes, porque “el 90% de los casos son mujeres de entre 30 y 35 años, siendo esa la edad típica de presentación”, apunta Grimalt.Si se acompaña de cansancio y decaimiento, puede ser un marcador de anemia, aunque “para comprobar si puede haber déficit de hierro, miramos las mucosas y la conjuntiva [la membrana delgada que cubre la superficie interna del párpado y la parte blanca del globo ocular]”, especifica Ramón Grimalt. El color de la piel depende de la mezcla del pigmento férrico, que es la cantidad de sangre que circula por debajo de epidermis, y del pigmento melánico, que da el tono bronceado. “No obstante, hay personas de piel muy clara porque tienen poca melanina pero tienen suficiente hierro, y otras con piel oscura pero con poco hierro”, puntualiza.Nadie se libra de que la mente le juegue una mala pasada. En este sentido, la piel y el sistema digestivo son los órganos en los que descargamos la ansiedad y el estrés para transformarlos en diferentes trastornos (lo que se conoce como somatización). Detrás de unos picores generalizados por todo el cuerpo, que aparentemente no se relacionan con ninguna sustancia química, ni física, ni con ningún tratamiento, puede haber una psicodermatosis. Como relata el profesor de la UIC, “en este caso, nuestro sistema nervioso intenta llamar la atención, de forma que el picor sale de nuestro cerebro. En realidad no procede de la piel, sino de la parte emocional”. Grimalt, que posee una amplia experiencia en psicodermatología (un tercio de sus consultas corresponde a problemas cutáneos provocados por trastornos emocionales), atribuye la estrecha relación entre piel y cerebro a que ambos se forman en el ectodermo (capa externa del embrión), y la curación de una depende del tratamiento de otro. “La psicoterapia, y en algunos casos los ansiolíticos o los antihistamínicos, pueden mejorar el problema cutáneo”, insiste el dermatólogo, aunque recomienda “mejorar el estilo de vida antes que recurrir a los fármacos”.Una mancha roja que no desaparece al presionarla con el dedo puede ser un síntoma de problemas de coagulación sanguínea, o incluso de enfermedades inflamatorias autoinmunes. “Si se acompañan de fiebre, dolor de cabeza o son manchas palpables (con relieve), hay que consultar con el médico”, insiste Raúl de Lucas. Si las marcas rojas (que salen por fragilidad de la pared de las venas) aparecen durante un proceso infeccioso, no hay que demorar la consulta. El dermatólogo afirma que también puede aparecer después de vomitar o hacer un esfuerzo.Es uno de los síntomas de la celiaquía. El dermatólogo de La Paz describe que “pican mucho, aparecen en brazos, rodillas, codos, nalgas y la parte posterior del cuello, y son lesiones crónicas (es decir, no vale con que aparezcan solo un día)”. Los análisis inmunológicos y una biopsia de piel confirmarán el diagnóstico. “Tratando el consumo de gluten, se pueden eliminar esas lesiones cutáneas, aunque en ocasiones también es necesario un complemento farmacológico”, concluye.La aparición continuada de acné en mujeres adultas, con su presencia característica en las ramas mandibulares, el mentón, el cuello y la zona peribucal (alrededor de la boca) puede ser una clara manifestación de problemas hormonales. Los facultativos citan, por ejemplo, su relación con ovarios poliquísticos o un aumento de la acción biológica de los andrógenos (si se asocia a la aparición de vello y obesidad en el tronco), que podría derivar en otros problemas metabólicos.Del mismo modo que las verrugas seborreicas grisáceas en ancianos o una piel extremadamente seca, han de ser consultados con el médico, porque podrían relacionarse con la existencia de otras enfermedades más severas. Así, Raúl de Lucas reitera que “la piel se relaciona con multitud de complicaciones sistémicas, y los dermatólogos estamos preparados para reconocerlas”.