Taylor Swift, para todos los públicos
LOS GRANDES ICONOS del pop tienen fans cada vez más jóvenes. Teléfonos inteligentes y tabletas han abierto un panorama infinito de música en streaming a niños y preadolescentes y, desde el momento en que los dedos infantiles se hacen hábiles en el manejo de las playlists, Cantajuegos y similares desaparecen de los viajes de familia en carretera para ser sustituidos por los hits del momento.
Empezando por las bandas sonoras de las películas infantiles, cada día más sofisticadas –con Rihanna, Pharrell Williams o Lin-Manuel Miranda–, el público infantil rápidamente desarrolla un gusto por las grandes baladas y ritmos bailables de Adele, Beyoncé o Bruno Mars. La música es perfecta, pero las letras a veces dejan a los padres más liberales rascándose la cabeza. En 24K Magic, por ejemplo, Bruno Mars asegura ser un “tipo peligroso rodeado de mujeres que saben cómo despertar su cohete”.
Pero Kidz Bop está aquí para evitar momentos incómodos y ahorrar una expurgación de la biblioteca musical que casi ningún progenitor tiene tiempo de realizar. Son tres niños y tres niñas de entre 10 y 12 años que cantan con voces excelentes y arreglos de primera calidad versiones limpias de los mismos éxitos. Ellos se ocupan de transformar la chulería de ligón discotequero de Mars en un mensaje de empoderamiento femenino: “Soy una mujer peligrosa con dinero, tanto guapo a mi alrededor y saben justo cómo hablar”; o de convertir una canción vagamente violenta como Ride, de Twenty One Pilots (“A bullet for you, a bullet for me, a bullet for everyone in this room”), en todo amor y armonía, sustituyendo bala (bullet, en inglés) por canción.
Hace 15 años los fundadores de la discográfica independiente Razor & Tie de Nueva York se dieron cuenta de que existía un vacío en el mercado.
Hace 15 años los fundadores de la discográfica independiente Razor & Tie de Nueva York se dieron cuenta de que existía un vacío en el mercado. “Había música excelente para los preescolares, y música más madura para adolescentes, pero nada para los niños de primaria”, explica el presidente de la compañía, Víctor Zaraya. “Tenemos un equipo fantástico que escucha todas las novedades pop y elige las canciones en función de su éxito en las listas, su idoneidad para el público infantil o simplemente lo divertida que sea una canción”. Así nació Kidz Bop, que ya va por su 34º álbum. En este tiempo han cambiado cuatro veces de integrantes –para que se mantengan en la edad de su público– y han vendido casi 17 millones de discos. El año pasado superaron en ventas a sus versionados Swift, Mars, Sia o The Weeknd. Tienen 1.500.000 seguidores en redes sociales y 300 millones de visitas en YouTube.
Zaraya no da muchos detalles de quién y cómo decide que se cambie una letra. A veces las modificaciones son mínimas. Si en Closer The Chainsmokers pedían a su amante que los abrazara “en el asiento de atrás de su Rover”, los Kidz Bop dicen que los abrace “apoyados en el Rover”. Otras veces la cosa queda en mutilación parcial. Por ejemplo, en Style, de Taylor Swift, que describe una relación “ni contigo ni sin ti” entre dos instagramers, la “minifalda ajustada” de la protagonista se convierte en su “camisa preferida”, y el verso en el que él se quita el abrigo y confiesa su infidelidad desaparece completamente, dando lugar a tres estribillos seguidos.
Con o sin minifalda, la canción sigue siendo un bombazo en las fiestas infantiles. Como dice Isaiah, miembro de la banda desde el pasado enero y en plenos preparativos para su gira por 50 Estados: “Lo bueno de nuestras versiones es que puedes cantar las canciones sin preocuparte por las letras”.
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