Huelga de doblaje
Cerramos nuestra boca porque queremos actualizar un convenio de hace 24 años. Pero también porque estamos cansados de tanto desprecio por parte de empresarios que cada vez nos exigen trabajar más deprisa, con imágenes de pésima calidad y en salas deficientemente acondicionadas. Y sí, también paramos para recuperar una mínima parte (3,5%) del 60% del poder adquisitivo perdido desde aquel lejano 1993. Quizás seamos los mejores del mundo en lo nuestro, pero también los peor pagados. Por ello hemos decidido cerrar la boca hasta que acordemos un camino de sensatez.— Jesús Maniega Peña. Madrid.
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