Lo que pensamos del deterioro de la Fiscalía
Recuperamos los editoriales y artículos de opinión publicados en EL PAÍS sobre las injerencias políticas en la Fiscalía
Editorial | La fiscalía en entredicho (04/05/2017)
Los escándalos y conflictos en la Fiscalía no solo no han cesado desde el nombramiento del nuevo fiscal general, José Manuel Maza, y del nuevo jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Manuel Moix, sino que siguen añadiendo capítulos negros a una institución que debe ofrecer máxima credibilidad y operatividad en lugar de dudas y sombras. La credibilidad de la Fiscalía, y por tanto del Estado, está en juego.
Editorial | Fiscalía bajo sospecha (21/04/2017)
Intentar frenar una investigación en un caso de corrupción desde la Fiscalía Anticorrupción no es solo un contrasentido; es intolerable. Es difícil inculcar en la ciudadanía respeto y confianza en la fiscalía cuando esta es, al mismo tiempo, manipulada por intereses partidistas. El Gobierno de Mariano Rajoy ni siquiera se toma la molestia de aparentar otra cosa.
Editorial | Ruido judicial y fiscal (24/02/2017)
La justicia debe expresarse a través de la solidez de sus procedimientos y sentencias, no a través de los medios de comunicación ni de las opiniones personales de aquellos que tienen encomendada impartirla o instar la investigación desde el Gobierno. El ruido continuo y las interferencias políticas en nada contribuyen a prestigiarla ante la ciudadanía.
El Acento | Un ministro de Justicia no debería decir eso; Joaquín Prieto
Un ministro de Justicia que interviene sobre los engranajes del ministerio público sí es un problema, porque indica a las claras el grado de dependencia en que el Gobierno desea ver a la fiscalía. Y lo es aún más cuando el mismo ministro se propone legislar para retirar a los jueces de instrucción la competencia de investigar los delitos: quiere entregar a la fiscalía el poder de decidir lo que se investiga y lo que no, y poner a sus órdenes a la Policía Judicial, operaciones todas ellas de indudable calado.
Punto de Observación | Por responsabilidad; Soledad Gallego-Díaz
El deterioro de las instituciones, cuyo último episodio atañe a la Fiscalía Anticorrupción y a la Fiscalía General del Estado, no es un problema de izquierda ni de derecha, sino de políticos responsables, capaces de asumir su principal obligación en momentos de emergencia. Algo hemos hecho todos muy mal cuando no es posible siquiera plantear una reflexión sobre cómo salir de este embrollo.
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