Marruecos está encantado con Naciones Unidas
El nuevo secretario general ha impulsado medidas sobre el Sáhara que favorecen a Rabat
El Frente Polisario persigue la autodeterminación del Sáhara Occidental y Marruecos solo está dispuesto a conceder un régimen autonómico. En medio de ambos está la ONU, cuya Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso) está desplegada en el desierto desde 1991 y tiene por objeto, como su nombre indica, organizar la votación. Cada año, a finales de abril, el secretario general de la ONU elabora un informe y el Consejo de Seguridad emite una resolución que suele prorrogar el mandato de la misión. Así ha pasado un cuarto de siglo, sin grandes novedades.
Con la llegada del nuevo secretario general, el portugués, António Guterres, las dos partes se hicieron ilusiones de que las cosas podían cambiar. Pero si han cambiado en algo ha sido a favor de Marruecos. De entrada, Guterres aceptó enseguida la dimisión del enviado especial de la ONU, el estadounidense Christopher Ross, a quien Marruecos tenía vetado desde 2015 visitar el Sáhara. Además, en el informe que Guterres redactó no hizo mención expresa a algo que fue un caballo de batalla durante la Administración de Barack Obama: incorporar la vigilancia de los derechos humanos al mandato de la Minurso, algo que Marruecos consiguió vetar gracias a la indispensable ayuda de Francia. Además, Guterres conminó al Frente Polisario a que se retire de forma “plena e incondicional” de Guerguerat, una zona tapón de cinco kilómetros en el Sáhara Occidental.
Marruecos se adentró en esa zona el pasado agosto, donde no había entrado desde que se firmaron poniendo los acuerdos de paz de 1991, con el pretexto de construir una carretera; el Frente Polisario respondió a las pocas semanas situando también decenas de soldados en la misma zona. Durante seis meses estuvieron separados por apenas 100 metros de arena, hasta que Guterres les conminó a despejar la zona. Marruecos obedeció en febrero y el Polisario lo ha hecho en abril, ante la presión del Consejo de Seguridad. Ahora, Guterres les conmina a iniciar nuevas negociaciones. Pero Rabat solo quiere hablar de autonomía y el Polisario, de autodeterminación.
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