El tabaco, un genocida
Hay un arma que es la más mortífera que jamás conoció el hombre. Según la OMS, este arma de destrucción masiva se lleva a seis millones de almas al año. Los Gobiernos, lejos de parar esta masacre, siguen beneficiándose del dinero de las víctimas. Los fabricantes, lejos de parar su producción, se encargan junto al cine y la televisión de mostrar el aire rebelde que da consumirla; y luego se jactan de todos mostrando en su cubierta fotos de cómo les dejará este veneno, del cual ya les es casi imposible desengancharse. Y sí, hablo del genocida al que jamás nadie detendrá: el tabaco.— Miguel Ángel Sánchez Guardiola,Valencia.
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