La fiesta más arriesgada en el Met
Comme des Garçons desafía a las invitadas de la gran gala de la moda
Rei Kawakubo empezó a diseñar cuando, trabajando como estilista en Tokio a finales de los sesenta, no conseguía encontrar la ropa que buscaba para sus clientes. No sabía coser, ni siquiera dibujar bocetos, había estudiado historia de la estética y caído en la moda por casualidad, pero el no haber pasado por ninguna escuela de costura o diseño le permitió no tener que desaprender lo aprendido. Empezó de cero, como empieza aún cada nueva colección, redefiniendo y rompiendo los límites de la moda en cada prenda que ha creado y crea bajo su marca Comme des Garçons.
¿Qué es la moda? ¿Es arte o un negocio? ¿Tiene sitio en el museo o es de usar y tirar? Son las cuestiones que se leen en sus colecciones y también las que se preguntaba Andrew Bolton, comisario jefe del Costume Institute de Nueva York, como contaba en el documental The First Monday in May, en el que mostraban la creación en paralelo de la gran exposición anual del Metropolitan de Nueva York y la Met Gala, la fiesta organizada por Anna Wintour, que sirve como su inauguración. Por eso, obsesionado aún con ellas, Bolton le sugirió a Wintour dedicarle este año la exposición a la diseñadora viva que más ha desafiado las respuestas a esas preguntas.
Aunque inaccesible o difícil de entender, sus diseños no solo han influido a otros, sino que se venden. Kawakubo no se define como artista, sino como mujer de negocios, o "quizá como una artista/mujer de negocios", dice ella. Ha sabido romper los prejuicios entre arte e industria. Según Bolton, "invitándonos a repensar la moda como un espacio de creación, recreación constante", Kawakubo "ha redefinido la estética de nuestro tiempo". A ella se le adjudica la reinvención del negro, y las tiendas pop-up, efímeras o, como ella las llama, de guerrilla. "Es una de las diseñadores más importantes e influyentes de los últimos 40 años", dice Bolton, justificando la exposición exclusiva a su trabajo en el Met.
Retrospectiva
Rei Kawakubo/Comme des Garçons: Art of the In-Between es la primera retrospectiva que organiza el museo neoyorquino a un diseñador vivo después de la de Yves Saint Laurent en 1983. Es también un salto arriesgado viniendo del éxito de las dos últimas exposiciones con conceptos más amplios y asequibles: China y la tecnología. Y es la que más quebraderos de cabeza traerá a las invitadas a la gala del Met del 1 de mayo. Habituadas a inspirarse en el tema o protagonista de la exposición, probablemente les será difícil meterse en las ropas mutantes de Kawakubo hechas solo de mangas, o a partir de siluetas imposibles como las de su última colección. Kawakubo es quien dijo en 2014 que “no estaba intentando hacer ropa”. La hace para sus colecciones de calle, pero las que sube a la pasarela son el resultado de sus reflexiones, son diseños que no encajan en las alfombras rojas y solo Lady Gaga o Rihanna se han atrevido alguna vez a lucirlos.
A Kawakubo la llaman "el Clint Eastwood de la moda" por esta aparente frialdad que ella defiende explicando que la única manera de conocerla es a través de su trabajo. Es la condición que le puso al Met para la exposición y por eso las 150 piezas escogidas entre todas sus colecciones, desde su primer desfile en París en 1981 a hoy, no estarán subidas en pedestales. Repartidas en un enorme laberinto blanco por temas, estarán por primera vez a la altura del ojo del visitante para que entienda de tú a tú la respuesta a qué es la moda. Para ella un arte vivo.
Anna Wintour, anfitriona hace 18 años
A estas alturas, Anna Wintour llevará meses organizando la fiesta que preside desde hace 18 años, la Met Gala. Tendrá pensados desde la decoración a los menús que se servirán en el Metropolitan y cerrada la lista de casi 600 invitados que ella ha elegido a dedo. Sus invitados, en cambio, modelos, actrices, cantantes o
socialites
, entre los que este año no estarán los Trump, lo habrán tenido más complicado a la hora de emparejarse con diseñadores como suelen hacer. La elección de Rei Kawakubo como protagonista también les lanzaba un mensaje: “Espero que todo el mundo se vista solo”, dice Bolton. Es decir, que no se paseen como anuncios vivos del modisto que llevan del brazo, sino que reinterpreten solos el vanguardismo de la japonesa.
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