_
_
_
_
_

Clos Mogador 2004, en perfecta sincronía

LEANDRE ESCORSELL

RENÉ BARBIER, viticultor en el Priorat, sabe cómo llevar a la botella el misterio de los aromas de su tierra y su sentimiento de comodidad en ella. Nadie le ha enseñado cómo hacerlo. La complicidad nace de la espontaneidad; la sabiduría, de la comprensión innata. Clos Mogador 2004 inunda el ambiente con el perfume del monte bajo: espliego salvaje, tomillo en flor y orégano. Un breve movimiento libera la esencia de la pizarra llicorella y su alma de hierro. El esfuerzo que las raíces de la cepa hacen para llegar al agua que las alimenta es titánico, pero se percibe con facilidad. El trago, profundo, sabe a vuelo de torcaz, a correteo de perdiz y a salto de liebre. Tras beberlo, uno siente cómo su mirada es la del cernícalo, que todo lo abarca. Este vino es como su sombra: cae en picado sobre nuestras almas como los colores del atardecer.

Ficha técnica:

Clos Mogador 2004, vino de finca cualificada, DOC Priorat

– Con 14,5% de alcohol. El vino lleva el nombre de la finca, un anfiteatro natural de pizarra llicorella (350 metros sobre el nivel del mar) encima del río Siurana, en Gratallops. Los Barbier trabajan en policultivo y mínima intervención, con garnacha y cariñena (mayoritarias) y apuntes de syrah y cabernet sauvignon. Vinificación tradicional con 18 meses en barricas y fudres. Mínimos sulfitos añadidos. Precio: 90 euros.

Sensaciones

– Es la noche fresca de primavera al raso, bajo las estrellas; es la amabilidad en que conviven cepas, olivos y cereal; es la alegría del abejaruco y la zarzamora crujiente.

A través del cristal

– Bases de Luzio,

y copa y decantador de Schott Zwiesel.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_