Democracia bajo cero
Entre las 1.455 palabras del discurso inaugural de Trump no aparecen ‘democracia’, ‘derechos’ o ‘justicia’ ni una sola vez
"Al Sisi ha hecho un trabajo fantástico”, ha dicho Trump tras recibir al mariscal que dirige los destinos de Egipto. Como si fuera un consejero delegado que ha levantado de la ruina una empresa.
Es la ventaja que tiene no leer, no ya periódicos, donde se documenta cada día la persecución que Al Sisi ha desencadenado sobre periodistas, disidentes y, en general, todo aquel que se atreva a criticar a un Gobierno y a unas fuerzas armadas corruptas, sino los informes de su propio Departamento de Estado. En el último, correspondiente a 2016, se habla de juicios militares a civiles, detenciones arbitrarias y sin orden judicial, torturas, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales por parte de los aparatos de seguridad egipcios. También de sentencias con motivaciones políticas dictadas tras juicios donde no se presentaron pruebas, acoso a organizaciones de la sociedad civil, limitaciones a la libertad religiosa y una larga ristra de violaciones de derechos humanos que conforman un cuadro tan generalizado como demoledor. Concluye el Departamento de Estado que en Egipto hay un clima de absoluta impunidad para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. En el prólogo a dicho informe, el secretario de Estado, Rex Tillerson, nos cuenta que la promoción de la democracia y los derechos humanos son un elemento esencial de la política exterior de Estados Unidos, y que no se trata de una cuestión moral sino de interés nacional para su país porque ambos ayudan a conformar un mundo más seguro y estable. Debe ser que no les ha dado tiempo a expurgar el texto de clintoneces.
Pero como ustedes, al contrario que Trump, sí que leen, pueden ir a su discurso inaugural y verificar que entre sus 1.455 palabras no aparecen “democracia”, “derechos” o “justicia”, ni una sola vez. La visita de Al Sisi a la Casa Blanca, que Obama tuvo la sabiduría de no consentir (no así el Gobierno de Rajoy, que le abrió el Palacio del Pardo para un almuerzo de Estado con el Rey), certifica que EE UU ha enterrado décadas de política de promoción de la democracia y los derechos humanos y que el tema no figurará en la agenda internacional del presidente. Ni con China, ni con Rusia, ni con nadie. Torturadores del mundo, tenéis carta blanca de la Casa Blanca. @jitorreblanca
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