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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Los daños del ‘Brexit’

El informe oficial revelado por EL PAÍS plantea la necesidad de un buen acuerdo

Mariano Rajoy y Theresa May
Mariano Rajoy y Theresa MayULY MARTIN

El impacto del Brexit sobre la economía española va a ser duro; pero esto ya se sabía o suponía. Lo que de verdad produce inquietud son los detalles. Según un informe elaborado por la Representación Permanente de España ante la UE para la Comisión sobre el Brexit que dirige la vicepresidenta del Gobierno, la economía española perderá entre 2 y 4 décimas en crecimiento, las exportaciones caerán en unos 500 millones anuales y el abandono británico obligará a España a aportar a Europa 888 millones más.

Pero hay efectos de difícil cuantificación: dañará la capacidad de viajar de unos 15 millones de turistas británicos en España, afectados por la depreciación de la libra; los ingresos de bancos y las empresas españolas están muy comprometidos en el Reino Unido; en España viven 800.000 británicos y en el Reino Unido 300.000 españoles que verán afectadas sus vidas; los sectores farmacéutico, agroalimentario y automovilístico tendrán que sufrir pérdidas de ingresos a corto plazo; y autonomías como Valencia, Murcia y Baleares sufrirán caídas de mercado por su exposición al turismo.

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Este es el escenario que se dibuja en el caso de un Brexit duro, que es hoy el más probable. Resulta un pobre consuelo suponer que el Reino Unido también sufrirá las consecuencias de la salida de Europa y no sería extraño comprobar como, con el paso del tiempo, los mercados se adaptan mejor de lo esperado a la nueva situación. Pero la responsabilidad del Gobierno hoy es ponerse en lo peor y actuar en consecuencia. En el caso de España la situación es más acuciante si cabe, porque la economía no ha confirmado plenamente su recuperación en términos de rentas. Una parte sustancial del crecimiento español depende del turismo; y una parte significativa del turismo depende de la cotización de la libra. Cuando se dice que el Brexit es un factor de estancamiento en Europa se está pensando en países como España.

Los partidos, las instituciones políticas y los agentes sociales deberían ser conscientes de esta situación. Y para eso es necesario que el Gobierno, sin alarmismos pero sin edulcorantes, transmita la información básica disponible. A todos los efectos, el impacto mayor o menor sobre la economía española dependerá de cuál sea la dureza e intencionalidad de la negociación general entre Londres y Bruselas y, sobre todo, de que Madrid y Londres firmen un acuerdo o acuerdos transitorios para mitigar las consecuencias del Brexit. Acuerdos que, en todo caso, tienen diversos grados de dificultad —parece bastante sencillo negociar que el impacto sobre españoles y británicos en Reino Unido y España sea mínimo— y tendrán que contar con el beneplácito europeo.

Es vital que las empresas españolas tengan un esquema claro y completo de las iniciativas públicas para facilitar el tránsito hacia el adiós definitivo del Reino Unido. En primer lugar, porque la negociación va a ser larga y las empresas no pueden quedar en tierra de nadie durante dos años mientras se firma el acuerdo. Y porque hay ingresos y beneficios comprometidos por la aventura de los partidarios de la secesión. En resumen, la economía española necesita una respuesta rápida y clara de un Gobierno que tome la iniciativa.

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