_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Una frontera excesiva

Juan José Millás

HE AQUÍ a la conocida como “niña árbol” de Bangladés. En realidad se llama Sahana Khatun y es víctima de una rarísima enfermedad que se manifiesta con verrugas de aspecto vegetal que se distribuyen por el rostro. Si lo que le ocurre a esta cría, y a cuatro o cinco personas más en todo el mundo, en lugar de salir de la realidad y hacer daño, hubiera salido de un cuento y resultara benéfico, nos encantaría de verdad. Imaginemos que de súbito, en vez de nacer con pelo, naciéramos con hojas. Hojas de todos los tamaños y colores, dependiendo de la forma o el volumen del cráneo. O, mejor aún, con flores. Traten de ver la cabeza de la persona amada recubierta de diminutos alelíes, de anémonas, de caléndulas, de clavelinas. Supongan que en vez de arrancarnos un pelo, como hacemos en momentos de desesperación, pudiéramos arrancarnos un crisantemo o un narciso. Pero no nos pongamos estupendos. Nos conformaríamos con que sobre el cuero cabelludo de algunos de nosotros, y sustituyendo al aparato capilar, nos naciera una mata de césped que pudiéramos peinarnos con los dedos.

En justa reciprocidad, en el mundo vegetal crecerían asimismo labios u orejas y delicados párpados, con sus correspondientes pupilas, que regalaríamos en ramos, y por su cumpleaños, a los seres queridos. ¡Mira qué mata tan bella de narices!, diríamos ante un cactus de cuyo tronco salieran decenas de estos apéndices respiratorios. ¡Y qué vagina tan delicada la que se manifiesta en la rama de ese abedul! ¿Acaso no perciben ustedes una frontera excesiva entre el mundo animal y el de las plantas?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_