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Sander Lak, la gran esperanza de la moda

El diseñador Sander Lak, 
de 32 años, nació en Brunéi, pero se crio en Holanda.
El diseñador Sander Lak, de 32 años, nació en Brunéi, pero se crio en Holanda. fernando sancho

MUCHAS VECES me pregunto cómo ese chico holandés ha podido llegar hasta aquí”, espeta hablando para sí mismo Sander Lak. Este “aquí” es un inmenso taller y showroom situado en pleno corazón de Man­hattan, que hasta hace poco daba vida a las colecciones de Ralph Rucci. Y “ese chico holandés” es la última estrella emergente de la Semana de la Moda de Nueva York, donde acaba de presentar sus nuevos diseños. Su marca, Sies Marjan, ha despertado una gran expectación entre medios especializados y compradores tras solo dos colecciones. El creador de 32 años afronta su tercer desfile como la prueba de fuego definitiva. Sus prendas coloristas, fluidas y de tacto sedoso serán escrutadas de nuevo por la plana mayor de la industria de la moda estadounidense.

En este mercado en el que imperan las grandes firmas y al que, de forma recurrente, se le cuelga la etiqueta de pragmático y comercial, su planteamiento poético, introspectivo y de raíces europeas surge como una alternativa para aquellos que aprecian la singularidad. Aprendió de uno de los mejores: sus cuatro años al lado de Dries Van Noten le han dejado huella, aunque cuando se le pregunta por su paso por la firma del diseñador belga –una de las figuras más importantes de la escena actual– se sale por la tangente.

En los cuadros, libros y muebles de segunda mano que dan forma al taller de Sies Marjan en Manhattan se celebra la estética de lo vivido y la singularidad.

No parece cómodo con la asociación y prefiere hacer una valoración más genérica de su formación: “Siempre he trabajado con firmas muy diferentes y eso me ha permitido conocer todos los procesos. Además, todas eran independientes, no pertenecían a ningún gran grupo empresarial”. Prácticas en Marc Jacobs, un año en 3.1 Phillip Lim y casi dos años en Balmain completan el currículo de este diseñador que ha sorprendido con su reinterpretación de la femineidad.

La moda fue su segunda pasión. La primera, la ilustración. “Me gustaba muchísimo dibujar personas. De las personas pasé a los cuerpos, y de los cuerpos, a las prendas”. Ahora no dibuja, aunque la huella del trazo sigue en su obra.

Imágenes de un desfile del creador en la Semana de la Moda de Nueva York.

No se inspira ni en canciones, ni en películas, ni en novelas: “Empiezo por lo que tengo que empezar: las telas, los colores, los complementos. A partir de aquí me dejo llevar, me gusta más que el proceso creativo sea abierto, lo encuentro mucho más estimulante”. El punto de partida de su última colección fueron los zapatos: unas potentes plataformas que contrastan con la aparente suavidad de sus vestidos y que anclan a sus chicas al suelo. “A mí estas mujeres que van caminando por la ciudad encima de esos tacones finísimos me hacen reír”, exclama divertido mientras imita su forma de andar.

Diseña para mujeres complejas, poderosas y alejadas de los clichés: “No me gusta nada la idea de fragilidad”. Le ayuda a moldear este nuevo ideal la estilista del momento, la rusa Lotta Volkova. “Siempre es muy útil contar con la mirada fresca de alguien que se enfrenta a la colección desde fuera”, reflexiona Lak sobre esta asociación. Pieza imprescindible de Vetements, Gosha Rubchinskiy y el nuevo Balenciaga, Volkova añade algunas pinceladas al dibujo de esta mujer fuerte y con los pies en el suelo.

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