Obama: “No me creerán, pero yo era el hombre más poderoso del mundo”
ESTE LOCO de 55 años y residente en Chicago asegura que fue el presidente de Estados Unidos y una de las personas más poderosas del planeta. Dice que vivía en una casa de estilo colonial de color blanco a la que acudían famosos y que ha tenido bajo su mando a miles de personas. “Si quisiera, podría haber destruido países enteros, pero no quise”.
Usted dice que antes era muy importante. ¿Cómo de importante? El que más. Quizá no la persona más importante, pero sí la más poderosa. Son cosas distintas, es algo que he tenido muy claro siempre para no perder la cabeza.
Claro, es fácil perder la cabeza. ¿Y qué ha pasado? ¿Ya no es usted tan poderoso? No. Sonará raro decirlo, pero yo podía decidir el destino de otros países o prohibir cosas. La gente esperaba meses o años para poder reunirse conmigo.
Suena increíble. Para que vea, yo maté a Bin Laden.
"No quiero abundar en este tema porque parece de locos, pero en mi coche había bolsas de sangre por si me disparaban".
¿Con sus propias manos? A ver, no yo directamente. Había mucha gente trabajando para mí. Mire, otro dato: yo me desplazaba en un coche diseñado especialmente para mí que tenía nevera y todo. Y no quiero abundar en este tema porque parece de locos, pero en mi coche había bolsas de sangre por si me disparaba alguien.
¿Y quién iba a dispararle? Los enemigos.
¿Y ahora ya no tiene enemigos? Creo que ya no. Fíjese si yo era importante que los niños se ponían máscaras de mi cara en Halloween y se disfrazaban de mí.
Usted asegura que vivía en una casa de color blanco. Sí, la Casa Blanca. Se llama así.
Una casa blanca que se llama la “Casa Blanca”. No parece para nada un nombre improvisado durante una entrevista. ¿Y vivía a solas en esa casa? No, vivía con mi mujer, mis hijas. Ah, bueno, y mi perro también.
¿Su perro? Sí, mi perro se hizo muy famoso. Mi perro era tan famoso que salía en las revistas y en la tele.
¿Era su perro tan importante como usted? ¿Fue él quien mató a Bin Laden? No.
¿Y qué más cosas hizo? Usted, digo, no el perro. Una vez visité una fábrica y todos los trabajadores se querían hacer fotos conmigo. Me dejaron manejar una grúa, pero me tuve que poner un casco. Y otra vez estuve en la guerra de visita y me enseñaron los aviones, y la gente se puso muy contenta de que los visitara y subí a un avión de los que usan en la guerra.
"Lo que más me gustaba de mi trabajo era que en Acción de Gracias me traían un pavo y yo le perdonaba la vida".
Muy poca gente ha podido hacer cosas así, suena bastante difícil de creer. Sé que parece muy fuerte, pero le juro que es verdad. Tenía un avión que era solo mío y en el que tenía un pijama solo para cuando iba en ese avión porque no lo usaba nadie más y tenía cama.
¿Y quién tiene ese avión ahora? Ahora ya no lo tengo yo, lo tiene otro señor.
Otro hombre negro, ¿no? No, un señor que salía en la tele y que era ya importante de antes: Donald Trump.
Claro, hombre, claro que sí. Lo que usted diga. ¿Algo más? Lo que más me gustaba de mi trabajo era que en Acción de Gracias me traían un pavo y yo le perdonaba la vida.
Vaya, eso sí que tiene mérito. Ah, y tengo un Nobel de la Paz.
¿Por salvar la vida a unos pavos? No lo sé.
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