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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

África no solo tiene un siglo de historia

Eric García presenta un divulgativo libro sobre la desconocida y milenaria vida en el continente

Ilustración 'El milagro', del artista Oto Vega.
Ilustración 'El milagro', del artista Oto Vega.

Desde hace ya más de cuatro años, el blog  Las huellas de Kuma nos descubre, entrada tras entrada, aspectos y episodios relevantes de la muy desconocida historia del África negra. En él se hace especial énfasis al periodo menos estudiado y divulgado de la misma: el precolonial. Sin duda, casi nada se sabe de los grandes imperios que habitaron tierras africanas y de los que nos hablaron, mostrando con orgullo que África también ha conocido un pasado glorioso, las epopeyas que nos han llegado gracias a los griots y a sus transcriptores.

El autor del blog es un joven barcelonés, Eric García Moral, cuya pasión por la historia africana le llegó cuando, según cuenta, en tercero del grado de Historia en la Universidad de Barcelona, asistió a las clases de historia africana del profesor Ferran Iniesta. "En el semestre que duró la asignatura me di cuenta de que no sabía absolutamente nada sobre África”. Alimentado por tal desconocimiento aprendió incluso francés para poder leer más sobre aquello tan interesante y se encontró volcado en el estudio de la misma. “Descubrí que la historia de África era apasionante, que merecía ser estudiada y que, por qué no, también merecía ser contada”. Y a pesar de que el futuro para alguien que quería dedicarse al estudio de la historia africana dibujaba bastante oscuro no se dejó desanimar y siguió con determinación e idéntica ilusión el camino que más satisfacciones le proporcionaba.

Así, en 2014 publicó África desde los mapas (que puede ser consultada desde su blog), una recopilación cartográfica que permite al estudiante o al lector "constatar el conocimiento que se tenía sobre el continente en el momento en que los mapas fueron confeccionados”. El autor lo concibió como una “especie de Historia General de África”. Como una herramienta que facilitara el aprendizaje y el entendimiento, dado que "una obra general y ciclópea, como la de Ki-Zerbo o la de la UNESCO, asusta incluso a los estudiantes más avezados”.

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Este espíritu divulgativo se encuentra también en su obra más reciente Breve historia del África subsahariana (Nowtilus, 2017), desde la cual intenta difundir la historia africana, pero con advertencia desde su prólogo: “En estas páginas (el lector) no encontrará la historia africana en su totalidad, sino sólo una parte de ella”. Dirigido a un público general, no pretende ser un manual erudito y fue concebido como un libro que, potencialmente, podría leer gente que nunca ha oído hablar de la historia africana. “Creo que los contenidos y la forma en que se presentan ayudarán al lego a formarse una idea de su recorrido. Y a quienes ya tengan algunas nociones, también. Al fin y al cabo, en un libro que abarca miles de años y siempre habrá algún tema que resulte novedoso incluso para un lector muy versado”.

García Moral es consciente de las debilidades y de las fortalezas de una obra como la suya. Afirma que intentó conseguir un equilibrio entre temas que consideraba fundamentales y temas que resultaran atractivos. Así el libro abre con el neolítico (obligado reconocimiento a la que es la “cuna de la humanidad”) para sumergirnos en Kémet, nombre con el que los antiguos egipcios llamaban a su país. Momento en el que aparece el gran historiador senegalés Cheikh Anta Diop: "Fue uno de los historiadores que decidieron revalorizar la historia de África y vindicar su valor en relación a la historia del mundo. La importancia de sus trabajos va mucho más allá de si los antiguos egipcios eran negros o no; él fue uno de los pioneros en el camino del estudio de las sociedades africanas desde dentro, alejadas del prisma eurocentrista”.

Después, la obra se adentra en los siglos oscuros del África negra, aquellos caracterizados “por la escasez o la ausencia de fuentes para su estudio” (del siglo I al VIII d.C.) en los que floreció el reino de Axum, cuyos orígenes son inciertos. Y en la era de los grandes imperios más conocidos (Ghana, Mali y Songhay) junto a otros que no lo son tanto (como el que, a orillas del lago Chad, llevó el nombre de Kanem-Bornú y pervivió hasta el siglo XIX). La llegada del hombre blanco (primero con la época de la esclavitud) dejará al continente lastrado para el desarrollo, y más tarde supondrá el reparto de África en la Conferencia de Berlín de 1884, que a través de la “fuerza, coacción y violencia física”, en apenas 15 años, dejó una África incógnita convertida en territorio bajo dominio colonial. El autor destaca los movimientos africanos de resistencia que se produjeron y acabaron bajo el yugo colonial para pasar más rápido por la descolonización, terminando con un breve repaso hasta nuestros días.

La lectura es amena y el lenguaje utilizado es sencillo, alejado de academicismos. Convencido de que hay que acercar la Historia a la gente, el autor cree que éste es uno de los errores que se cometen desde la Universidad: "En las facultades de Historia se llevan a cabo investigaciones extraordinarias de las que nadie está al tanto porque, como mucho, sus resultados acaban publicándose solo en revistas científicas”. Es partidario de que el trabajo que se realiza en las universidades salga a la calle, aún más en el caso de la historia del África negra: “Los pocos que nos dedicamos a esto deberíamos procurar que nuestros trabajos llegaran a la sociedad. Solo así podremos generar un interés que, más tarde, acabará repercutiendo a favor de todos”.

Ilustración titulada 'Mamadou Kuyate', de Oto Vega.
Ilustración titulada 'Mamadou Kuyate', de Oto Vega.

En este sentido afirma que el cine es otro medio para lograr atraer a la gente hacia episodios de la Historia. “En este caso, tal y como sucede con el periodismo, se ha preferido optar por vender la tragedia. Hay tres grandes películas, relativamente recientes, que pueden venirnos a la mente si pensamos en África: Hotel Rwanda, El último rey de Escocia y Diamantes de sangre. Todas ellas comparten no solo el elemento dramático, sino también el hecho de ser tragedias desgarradoras. Parece que el contenido sobre África solo funciona si apela a la lástima, a la pena, a lo salvaje e incomprensible. Es un sesgo peligroso porque lo que se consigue es que la gente se forme una idea muy equivocada sobre el continente”. Como antídoto a lo anterior, García, en su entrada La oportunidad perdida de Hollywood se atreve a dar una lista de personajes y hechos dignos de sostener una gran película: “El genocidio herero por parte de la Alemania del II Reich; la reina Nzinga, cuya lucha contra los portugueses es uno de los episodios más solemnes de la historia del África Central, o la llegada de los jesuitas a Etiopía, cómo fueron acogidos y qué sociedad se encontraron…”.

Comenta que un género muy poco, por no decir en absoluto frecuentado, por los escritores africanos es la denominada novela histórica. El juego que daría una novela, por ejemplo, sobre la epopeya de Sunyata, el fundador del imperio de Malí y hacedor de la Carta de Kurukan Fuga o Carta del Mandé considerada como una de las primeras declaraciones de Derechos Humanos de la Historia. Episodio que, por cierto, ha sido plasmado en dibujos (otro medio artístico que tampoco parece interesado por la historia africana) por el ilustrador Oto Vega.

“Y no solo en novela histórica, creo que en géneros como la ciencia ficción y la fantasía África puede dar mucho de sí. La mitología africana, sus religiones, sus epopeyas y leyendas… hay mucho alimento para la imaginación. Estos géneros pueden encontrar allí una fuente de inspiración fresca, novedosa y apasionante. Además, en África separar lo real de lo fantástico es muy difícil”. García considera que la Fantistoria es un género híbrido bastante pertinente para el continente y está convencido que va a ser un camino a explorar en los próximos años.

De hecho, en fechas recientes, el ganador del premio Booker 2015, Marlon James, ha revelado los primeros detalles de la que será su trilogía de fantasía africana The Dark Star. Inspirada en el mundo de Tolkien y en las leyendas, reinos y personajes míticos del continente africano se espera con expectación en 2018.

Conectada con el resto del mundo, la Historia del África subsahariana, África negra, nos devuelve episodios, relatos, leyendas y personajes aún muy desconocidos. Breve historia del África subsahariana nos abre de manera interesante, sencilla y amena, con un gran espíritu de divulgación y con grandes dosis de pasión, una puerta. Queda en nuestras manos abrir esta y otras.

Ilustración titulada 'Ejército', de Oto Vega.
Ilustración titulada 'Ejército', de Oto Vega.

Las ilustraciones son de Oto Vega.

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