“Las mayorías absolutas son un cáncer para el urbanismo”
“Después de todo lo sucedido no está cambiando prácticamente nada la actitud de nuestros dirigentes para corregir errores”. La indignación que le produjo al arquitecto Fernando Abad comprobar que “los responsables de haber creado, negado y mentido sobre la gran burbuja inmobiliaria que ha asolado e hipotecado el país por varias generaciones, además de no asumir ninguna responsabilidad sobre sus acciones, han tenido la desfachatez, indecencia y cinismo, de responsabilizar a toda la sociedad de sus actos con aquella manida y aberrante acusación de que la causa era que los ciudadanos ‘habían vivido por encima de sus posibilidades” le llevó a escribir su último libro: La piel de toro como trofeo (Muñoz Moya). Leer los libros de Abad debería ser lo mínimo exigible a cualquier concejal de urbanismo. Por lo menos a los que estén dispuestos a cambiar el modelo de depredación urbanística que está destrozando nuestro territorio. En sus dos últimos escritos, de Eurodisney a Eurovegas (Catarata) y La piel de toro como trofeo, este arquitecto navarro ha denunciado el abuso que están sufriendo el paisaje y los pueblos españoles, la incompetencia de buena parte de la clase política y la exportación de ese modelo de explotación a Latinoamérica en la peor versión de la Marca España. Abad contesta aquí a las preguntas de este blog.
¿Qué hacer para frenar la expansión del modelo depredador? Hay que tener en cuenta que el urbanismo basado en ese modelo de “desarrollo” especulativo ha estado íntimamente relacionado con la corrupción, como estamos comprobando en tantos casos. Por otra parte, la legislación sobre urbanismo es competencia autonómica, mientras que, excepto en planes especiales, las competencias del planeamiento son municipales. Eso dificulta el control y la lucha contra esa posible depredación especulativa del territorio.
Así, habría que estudiar el desarrollo urbano y territorial de una manera integral, analizando sus potencialidades y sus deficiencias, y por supuesto considerando las necesidades y demandas reales existentes. Habría que evitar la redacción de leyes y planes a medida de presuntas inversiones, o la recalificación de ciertas áreas por la única razón de que en ellas se encuentran los terrenos adquiridos por el promotor. Máxime si esos terrenos están en suelos protegidos o no urbanizables.
¿Cuánta ciudad privada levantada con dinero público hay en España? Una ciudad es, en principio, un asentamiento humano polifuncional y es precisamente esa característica la que ha permitido el intercambio material y cultural que ha generado el principal desarrollo y evolución de la Humanidad.
Actualmente se está denominando como ciudad lo que en realidad son, en gran medida, urbanizaciones o polígonos monofuncionales, en un intento de apropiarse del prestigio que le confiere la consideración de ciudad.
Posiblemente la Ciudad del Medio Ambiente de Soria sea la más emblemática de este tipo de urbanizaciones, queriendo además incrementar su “prestigio” con la referencia ambientalista. Hay que recordar que la urbanización nació como residencial de alta categoría, con edificios dotacionales, hosteleros y áreas deportivas, entre las que no podía faltar el omnipresente campo de golf. El polígono industrial, hoy en día único resultado, fue incorporado posteriormente, a la par que se incrementaba el número de viviendas.
Y luego están las actuaciones, tanto públicas como privadas, denominadas como ciudad aunque en realidad son complejos de edificios con una funcionalidad muy concreta. Entre las más destacadas, la Ciudad de la Luz en Alicante (estudios cinematográficos quebrados), la Ciudad de la Cultura en Santiago (inacabada y reconvertida en complejo burocrático), la Ciudad de la Justicia en Madrid (gran fiasco en el que se han invertido al menos105 millones de euros), o la faraónica Ciudad de las Artes en Valencia.
Entre los polígonos privados tenemos ejemplos como la Ciudad Grupo Santander, o la Ciudad BBVA, en los que el gran beneficio consiste en que las empresas compran el suelo barato para hacer su complejo donde quieren, y cargan sobre toda la sociedad el costo de la ejecución y mantenimiento de las infraestructuras necesarias para el desplazamiento de miles de trabajadores a la misma hora. En definitiva eso tan rentable que ha venido en denominarse “externalizar” los costos.
De todos los casos analizados en La piel de toro como trofeo ¿cuál le parece el más agresivo y por qué? Creo que el más salvaje es el de Marina d’Or, si tenemos en cuenta además de la urbanización ya construida, la que fue aprobada en su día como Marina d’Or Golf. No solo por los “favores” institucionales obtenidos, sino porque el desarrollo completo de las dos, llegaría a formar un nuevo asentamiento de carácter temporal o vacacional para 300.000 personas. Este fue uno de los principales motivos para la construcción del “aeropuerto del abuelo” de Castellón. Pero una cuestión que no hay que perder de vista, es que Marina d’Or no solo es, probablemente, la ciudad privada mayor de España, sino que su promotor ha dado sobradas muestras de desprecio absoluto por todo lo que signifique ordenación del territorio o impacto ambiental, cuando, por ejemplo, hablaba de colocar allí el Eurovegas o de construir 168.000 plazas hoteleras, en lugar de parte de las viviendas ya aprobadas, y todo ello con la aquiescencia y respaldo de los políticos de turno.
¿Qué tipo de políticos aprueban un pueblo mediterráneo en Cáceres y un pueblo medieval para Reino de don Quijote? Pues los mismos políticos que además aprueban que ese “pueblo medieval” se transmute en una urbanización inspirada en la “Roma clásica”, o que aplauden que en Madrid se proyecte un “Times Square” para el Eurovegas de Adelson, o que el nuevo Eurovegas en Torres de Alameda, del que se habla estos días, se pretenda que “represente el estilo y la cultura de la Comunidad de Madrid, con estilo clásico y atemporal”. Ardo en ascuas de saber qué quieren decir con eso. En definitiva, se trata de políticos que aprueban, sin cuestionárselo, lo que el promotor propone para satisfacer el supuesto imaginario colectivo de sus presuntos clientes. Unos políticos con una visión totalmente cortoplacista y que menosprecian la educación, la cultura y la creatividad.
¿Hay algún partido político con más despropósitos en su haber? ¿O depende del poder y la falta de ética y no de la ideología? Si tenemos en cuenta que gran parte de las actuaciones más polémicas se han desarrollado en la Comunidad de Madrid y en la costa, más especialmente en la costa mediterránea, y en todas esas comunidades autónomas se ha dado una gran estabilidad en cuanto a los partidos políticos que las han gobernado durante más de dos décadas, no es difícil deducir cuáles son los partidos políticos más propicios al despiporre. Aunque desafortunadamente también tenemos casos notables en otras comunidades, alguno de ellos estudiado en el libro. En asuntos urbanísticos, las mayorías absolutas también constituyen un cáncer nocivo.
¿Los casos que analiza siempre han sido denunciados por ciudadanos? Afortunadamente cuando ha habido un motivo evidente ya sea por infracción legal, por invasión de áreas protegidas o por cualquier otra causa, este tipo de actuaciones han sido denunciados por ciudadanos particulares, asociaciones defensoras del medio ambiente, concejales de la oposición en aquellos ayuntamientos con mayorías absolutas, o incluso por los propios ayuntamientos afectados, cuando el proyecto era impuesto por la comunidad autónoma. Esto ha permitido que en algunos casos se hayan podido conseguir sentencias que ilegalizasen las actuaciones. Por supuesto todas las sentencias contrarias a lo ejecutado son recurridas, prolongando el proceso hasta que el desatino se consolida. Y eso es lo que es aducido posteriormente para evitar la ejecución de la sentencia, exigiendo los infractores la consolidación de los hechos consumados. Hay que agradecer el esfuerzo realizado por esos ciudadanos y asociaciones, aunque la imposición de las tasas judiciales ha dificultado la consecución de muchas denuncias para personas y entidades sin ánimo de lucro.
¿Cómo realiza la investigación? Una vez seleccionado el tema por considerarlo de especial relevancia o complejidad, la investigación básica la realizo a través de la red. Hay que tener en cuenta que actualmente en la red lo mismo podemos consultar una ley concreta aprobada en un parlamento autonómico, que un plan parcial de un ayuntamiento. Y, por supuesto, está la prensa, cuya información siempre procuro contrastar. En las ocasiones concretas en las que he tenido acceso a las personas que he considerado adecuadas, les he facilitado el estudio realizado para su supervisión.
Siempre que he podido, he visitado los proyectos estudiados, pues creo que es fundamental la vivencia del lugar. En el caso de Marina d’Or, por ejemplo, cuando fui no era temporada alta, por lo que es difícil hacerse una idea de lo que puede ser aquello en el mes de agosto. De los asuntos estudiados en el libro, el único que no he visitado es el situado en Baja California Sur, por razones obvias, aunque no pierdo la esperanza de conseguirlo algún día.
¿Por qué eligió escribir sobre estos temas? Después de casi cuarenta años de ejercicio profesional en el urbanismo, y dada la transcendencia que considero que tiene en la calidad de vida de las personas, a raíz de observar la deriva que estaba tomando este asunto en nuestra sociedad, comencé a escribir e investigar sobre cuestiones relacionadas con esta disciplina, con la intención de que cualquier persona interesada pudiera leerlo, sin necesidad de ser un experto en la materia.
¿Qué quiere aportar? Hasta ahora la principal conclusión es que después de todo lo sucedido no está cambiando prácticamente nada la actitud de nuestros dirigentes para corregir errores.
Por ejemplo, ahora se está hablando de la conocida como Operación Chamartín, importante actuación urbanística en el norte de Madrid que lleva más de 20 años de gestación. Es lamentable comprobar la falta de debate y la escasez de argumentos sobre el modelo de ciudad deseado o de cómo conectar las zonas limítrofes separadas por el área que se está proyectando; de cuál sería la densidad adecuada y qué usos, o sobre qué nivel de equipamiento se necesita y qué tipo de gestión se requiere. Las informaciones que recibimos solo hablan de miles de millones de inversión, de los presuntos miles de puestos de trabajo que se crearían o de los miles de viviendas resultantes.
Otro tanto podemos decir del nuevo proyecto de Eurovegas, en el que además de repetir los mismos argumentos que ya conocemos, que no resisten el más mínimo análisis crítico, la única estrategia territorial seguida para su ubicación no ha sido otra que la del lugar donde el promotor dice que ha realizado la opción de compra de los terrenos. Por supuesto ya nos podemos imaginar a cargo de quién correrá la construcción de las infraestructuras demandadas en caso de que prospere.
¿Sobre qué investiga ahora? Uno de los temas que me preocupa, dada la desidia institucional, es el patrimonio arquitectónico, especialmente el urbano, y la intervención sobre él. Da mucha envidia comprobar la estima que tienen otros países por su patrimonio, y el interés y esfuerzo que ponen en su conservación.
¿Por qué título La piel de toro como trofeo? Hace alusión a la depredación ejercida sobre el patrimonio común de todos los ciudadanos de este país: el territorio y el paisaje. El subtítulo se refiere a quienes han sido los predadores o sus esbirros, que han realizado, o respaldado, el expolio al resto de los ciudadanos.
Quizás también, inconscientemente, haya una referencia a la Escopeta nacional, como símbolo de esos lugares donde se siguen decidiendo los asuntos de todos al margen de los sistemas democráticos.
Babelia
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