Los principios de Donald Trump
En la mañana del lunes, desayunando con mis hijas, les puse el discurso de Meryl Streep en los Globos de Oro. No habló de ideología ni de ideas políticas sino de confianza, empatía y ser buena persona. El respeto por las desventajas del otro debe ser algo natural en la sociedad civilizada y más cuando te propones ser elegido para la más alta magistratura del país. La actriz no habló de su carrera sino de cómo enriquece a una sociedad integrarse con lo desconocido, con lo extranjero, que somos todos; que los actores se ponen la piel de otro para que el espectador pueda conocerlo. Lo siento señor Trump, pero la misericordia y compasión por las minusvalías del otro debe ser patrimonio del ser humano, y la burla convierte al victimario en canalla.— Luis Peraza Parga. Kansas City, Misuri (EE UU).
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