¡Intermediarios fuera!
¿Recuperaremos la jerarquía de las opiniones mejor argumentadas, más ajustadas a los hechos?
La noche de la victoria de Trump, Paul Krugman afirmó: “Realmente, la gente como yo, y probablemente la mayoría de los lectores de The New York Times, no hemos entendido nada del país en el que vivimos”. El Nobel hablaba del colapso de enfoques intelectuales para comprender el seísmo político, pero también de las fuentes de las que obtenemos la información para observar y entender el mundo. A los medios de prestigio les habría llegado el momento de la pérdida de autoridad, igual que a otras instancias con posiciones de poder, los mediadores entre gobernantes y “pueblo”: políticos, expertos, intelectuales. Trump encarnaría la rebeldía popular frente a una esfera pública en manos de una élite de opinadores que habría despolitizado a la ciudadanía.
Sabemos que la sociedad tecnológica reacciona contra quien percibe como “representante” agarrándose a la ilusión del presentismo de las redes. Paradójicamente, si la democracia es opinión y discusión, ganaríamos en términos democráticos porque, en tal mercado de las opiniones, todas valen lo mismo y compiten con las jerarquías tradicionales de autoridad en la interpretación informativa. Pero, más allá de las fakenews, ¿debemos entender que todas las opiniones valen lo mismo?
Llamamos opinar a la mera expresión de preferencias filtradas para el exhibicionismo online, dice Fernando Vallespín en La mentira os hará libres. Ese fetichismo de la opinión reduciría la libertad de expresión a la única posibilidad de pronunciarse libérrimamente sobre cualquier cosa, incluso sin argumentos. Y si el avance de lo digital es imparable, ¿significaría que todos podemos ser periodistas o expertos? ¿Recuperaremos la jerarquía de las opiniones mejor argumentadas, más ajustadas a los hechos?
Este es el desafío para los denostados mediadores, acentuar lo que les diferencia: otra sensibilidad, abrirse al análisis en conexión con el conocimiento experto y la responsabilidad asociada a la accountability informativa y discursiva. En definitiva, tender puentes para que ninguna mirada sea adoctrinadora y avasalladora: justo lo contrario que hemos experimentado con la elección de Trump. @MariamMartinezB
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