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De sol a sol Velasco 2012, el guardián de las viñas

Leandre escorsell

LAS RAÍCES y la fruta de cepas centenarias como las que hacen este vino atrapan y no sueltan, cuentan palabras de silenciosa dedicación, de trabajo intenso y anónimo. Son plantas que han sobrevivido a todo y se alzan, hoy, orgullosas y discretas para mostrar que la alianza entre la tierra manchega, el sol y la persona que las trabaja sigue teniendo visos de eternidad. Julián Ruiz se encarga de transmitir la energía y el poder de ese compromiso. Es discreto y sabio como sus cepas y la naturaleza que las rodea: ha crecido observando y absorbiendo, conociendo y aprendiendo. Hoy emociona: este tinto velasco es un vino azul e intenso, de concentración y empaque, serio y señor. Es la expresión de una tierra y una persona: sin remilgos y con la verdad de unas cepas únicas por delante. Carbón y regaliz; ajos negros y dulzor; remolacha y algarrobas. El misterio y la sencillez de la vida se reflejan en unos ojos atentos y una copa de vino honesto y sabio.

Esencia rural, De Sol a Sol Velasco 2012

Ficha técnica. Sin DO, con 14,5% de alcohol. En menos de una hectárea cerca de Quero (Toledo), 1.500 cepas prefiloxéricas (de 150 años) de la variedad tinto velasco viven y se alimentan de un suelo de arena y cal. Se vinifica con sus hollejos varios meses y pasa otros 12 en barricas viejas. Fermentación libre, estabilización natural, sin filtrar ni sulfitar. Precio: 12 euros.

Sensaciones. Manos ásperas con mucho trabajo a cuestas hurgan en la tierra. Asoma el agua milagrosa que inunda las copas con aromas de picota y arándano azul. Acidez y poder, energía y sabor: autenticidad.

A través del cristal. Bandeja de caoba de Habitat. Decantador con base de caoba y copa de vino, ambos de Vista Alegre.

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