Natalia Verbeke y 'Satine', la chihuahua cabaretera

NATALIA VERBEKE sujeta a su perra Satine con una mano y con la otra se agarra a una de las barras de un tiovivo instalado en la madrileña plaza de Oriente. La atracción gira cada vez más rápido y por los altavoces suena una versión techno de la Marcha Radetzky, pero la pequeña chihuahua de color negro y canela parece no inmutarse. Ambas son inseparables desde hace 11 años, cuando Satine era un cachorro de tres meses. La actriz, de 41 años, se la ha llevado a sus rodajes por medio mundo, de Cuba a Buenos Aires. Pero desde hace algún tiempo, “como ya está viejita”, solo la acompaña en viajes largos. El nombre lo eligió por la bailarina parisiense de cabaré que interpretó Nicole Kidman en Moulin Rouge, una de sus películas preferidas. Verbeke ha protagonizado taquillazos del cine español como El otro lado de la cama y últimamente ha estado más volcada en el teatro.

Tras apearse del carrusel, Natalia posa a la chihuahua sobre el suelo. Satine camina despacio, sus pasos son diminutos. “En la calle está más relajada”. Explica que a su mascota no le gustan demasiado las visitas en casa. Si llegan extraños, se enfada. “Es difícil ganarse a Satine, pero con quien lo consigue es muy cariñosa”. La intérprete siempre ha vivido acompañada de todo tipo de mascotas. Conejos, tortugas, pájaros… Y ahora que está embarazada de su primer hijo, espera poder inculcarle su amor por los animales. “Ojalá que Satine se lleve bien con el bebé”.