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Una cabaña contemporánea

Fotografía de Mads Mogensen y producción de Martina Hunglinger
Anatxu Zabalbeascoa

ESTA ES UNA CASA una casa con patas, una cabaña de suelo de hormigón y cerramientos de chapa ondulada que se apoya en pilotes metálicos para salvar el desnivel del paisaje. Levantada en menos de cinco meses con elementos industriales prefabricados y asentada según la tradición moderna australiana –pisando el terreno lo menos posible–, la vivienda quiso revisar la modernidad y la tradición rural de ese continente. Su dueño, Henry Rourke, le pidió a la arquitecta Penny Collins, amiga de la infancia, que le construyera una cabaña para descansar, leer y contemplar el paisaje. La proyectista, que entonces, hace cerca de dos décadas, comenzaba su carrera, la diseñó con su marido, Huw Turner, y con la ayuda de su padre, el arquitecto de Sídney Ian Collins. Juntos idearon un edificio sin porche ni barandilla, pero con esos dos usos gracias a las cristaleras correderas. Esta es una casa simplificada al máximo, capaz de cobijar y servir a la vez de refugio y mirador. El resultado es un espacio fuera del tiempo, una construcción que pasa de puntillas sobre el paisaje de Bombala, en Nueva Gales del Sur.

Junto al salón, el comedor comparte vistas y doble altura y da la espalda a la cocina abierta. Las sillas de madera de haya son otro clásico danés: el modelo Wishbone diseñado por Hans Wegner y producido, desde hace medio siglo, por Carl Hansen & Son.pulsa en la fotoJunto al salón, el comedor comparte vistas y doble altura y da la espalda a la cocina abierta. Las sillas de madera de haya son otro clásico danés: el modelo Wishbone diseñado por Hans Wegner y producido, desde hace medio siglo, por Carl Hansen & Son.

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