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“Ni las empresas que venden productos ‘detox’ saben lo que es”

Sense About Science (Ciencia con Sentido) es una organización británica que vigila la evidencia detrás de los estudios. Entrevistamos a Sile Lane, su directora de campañas

Sergio C. Fanjul

Vivimos en un mundo traspasado de información, de mensajes que nos lanzan los políticos, las empresas y las instituciones, a través de los medios de comunicación o Internet. Todo es bastante confuso y cuesta discernir si lo que nos cuentan sobre temas como homeopatía, transgénicos, energía nuclear, dietas milagro, astrología, zumos detox, superalimentos, complementos vitamínicos, etc, tiene verdadero fundamento. Sense About Science es una organización que anima a los ciudadanos a que pidan evidencias que sustenten estos mensajes. Sile Lane es directora de Campañas y Políticas de la organización, y visitó recientemente España para participar en las charlas TEDxMadrid.

¿Qué es Sense About Science? Nuestro fin es decir que la evidencia importa. Somos una organización sin ánimo de lucro basada en Londres, aunque tenemos ramas en Nueva York y Bruselas. Si alguien quiere que le votemos en las elecciones, o que compremos sus productos, o que nos unamos a su campaña, debe esperar que le pidamos evidencias que fundamenten los mensajes que emite. Y deben estar listo para mostrarnos esa evidencia. Después podremos tomar nuestras propias decisiones. Es cuestión de transparencia.

¿Qué tipo de evidencia? Cualquiera. Por ejemplo, tiene que haber evidencia que sustente la información sobre los medicamentos que tomamos, pero también si un político dice que hay que cerrar las escuelas mixtas, de chicos y chicas, necesitamos evidencia de que eso es lo mejor. Si alguien dice que algo es mejor para la sociedad o el medio ambiente, o que una comida es mejor que otra, tiene que probarlo.

¿Cuál es la diferencia entre buena y mala ciencia? La ciencia es la acumulación de evidencias. A veces la diferencia entre buena y mala ciencia se da porque no sabemos suficiente todavía. En la prensa se dice un día que el café es bueno y otro día que es malo, lo mismo pasa con el vino, cada poco aparecen nuevos estudios. Pero las pequeñas investigaciones no nos pueden decir demasiado, hay que mirarlas en el contexto de la evidencia acumulada, no pieza por pieza. Así no son suficiente para apuntar a la verdad. Y da la impresión de que los investigadores cambian de opinión constantemente, pero así funciona la ciencia, por acumulación, hasta que las cosas se hacen más claras.

"Se dice un día que el café es bueno y otro día que es malo, lo mismo pasa con el vino. Pero las pequeñas investigaciones no nos pueden decir demasiado, hay que mirarlas en el contexto de la evidencia acumulada". —Sile Lane (Sense About Science)

¿Cómo promueven que la ciudadanía sea crítica? Por ejemplo, mediante la campaña Ask for evidence tratamos de que los ciudadanos hicieran preguntas. Una empresa de bebidas deportivas decía que su producto hidrataba más que el agua y una consumidora pidió evidencia: le mandaron cientos de artículos científicos que no lograba entender. En Sense about Science tenemos miles de científicos que nos apoyan y que pueden ayudar a que la gente entienda esta información y si es suficiente para respaldar los mensajes. Todo se puede hacer en nuestra web, donde tenemos documentos que dan información sobre los verdaderos efectos de las radiaciones, la homeopatía o los transgénicos. Los científicos también analizan los artículos que se publican en la prensa. Con esto conseguimos que los políticos y las empresas se retracten y disculpen, que sepan que a la sociedad le importa que lo que le dicen esté fundamentado.

¿Cuál era el problema con la leyes de difamación en Reino Unido? Son leyes muy antiguas y difíciles de entender que defienden el honor de las personas. Pero las compañías las utilizaban para denunciar a los científicos cuando estos decían que mentían. Por ejemplo, si decían que era falso que ciertas pastillas de vitaminas podían curar el sida. Estos investigadores se enfrentaban a juicios muy caros y se retractaban, aunque tuvieran razón. Hemos ganado: desde 2013 los científicos no pueden ser denunciados por difamación con facilidad y los casos han disminuido.

Sense About Science pide que se publiquen todos los ensayos clínicos que se hacen con medicinas. ¿Por qué? Las medicinas se testan en diferentes ensayos pero no todos son publicados. Por ejemplo, puede haber una determinada sustancia que se haya testado seis veces: cuatro ensayos dicen que no funciona o que es perjudicial, y solo dos que es todo correcto. A veces las compañías solo publican esos dos que son favorables, ocultando evidencia sobre medicinas que podemos comprar en la farmacia. Queremos conocer también los resultados desfavorables.

Dicen que muchas veces los científicos sufren “estigma e intimidación”. ¿Es para tanto? Sí, eso pasa sobre todo cuando se habla de áreas sensibles como son la energía nuclear o los transgénicos. Hay fuertes campañas en estos asuntos, la gente se enfada cuando se dice que son seguras y atacan a los científicos, que se sienten amenazados. Son cuestiones muy politizadas, pero lo que realmente tenemos que tener en cuenta son las pruebas.

En ocasiones no es cuestión de evidencia, simplemente hay quien piensa que no se debe aceptar el riesgo de la energía nuclear, aunque sea segura, porque en caso de catástrofe los males son enormes. Sí. Pero los científicos se tienen que limitar a aportar las evidencias. Luego los políticos son los que tienen que decidir qué hacer con ellas. Esto es la esencia de nuestra actividad. Nos queremos asegurar que la discusión sea sobre las evidencias y no sobre otras ideas falsas.

¿Es fuerte la relación entre ciencia y política? Debería serlo. En Reino Unido, hace 15 años, cuando empezamos, no había relación entre los políticos, los medios y los científicos. La crisis de las vacas locas creó mucha confusión. Nosotros favorecimos que hubiese más científicos hablando con los políticos y los medios. En estos años la relación ha crecido: ahora hay más asesores científicos en todos los departamentos del gobierno. Desde nuestra sede en Bruselas buscamos conseguir lo mismo en la Unión Europea.

¿Deben los políticos tener formación científica? No, basta con que puedan hacer preguntas relevantes, por ejemplo a un físico nuclear sobre lo que investiga y lo que eso significa. Lo importante es saber preguntar. No hace falta ser un oncólogo para preguntar si existe una conexión entre los teléfonos móviles y el cáncer,

Como se ve, por ejemplo, en el documental Mercaderes de la duda (Robert Kenner, 2015), también hay científicos que por ideología o por dinero, apoyan campañas que niegan el cambio climático o los efectos perniciosos del tabaco. Los científicos son humanos, siempre hay gente que se inventa las cosas, que es sobornada y comete fraude. Hay que destapar estos casos. Y recoger cada vez más evidencias para que los mensajes falsos se conviertan en nada ante lo obvio. Ahora se está hablando mucho de cómo el azúcar en los refrescos puede afectar a la salud. Nadie lo sabe a ciencia cierta. Hay que seguir recogiendo evidencias.

También es un problema cuando nos quieren vender algo diciendo que es saludable o ecológico cuando no lo es, lo que se suele llamar greenwashing. Sí, es un problema: modas como los superalimentos o lo detox [productos que supuestamente ayudan a eliminar toxinas]. Un grupo de jóvenes científicos, colaboradores nuestros, investigaron el asunto de lo detox: preguntaron a varias empresas que comercializan estos productos y ninguna supo definir con claridad lo que significa detox. Quedó claro que se trataba solo de un término de márquetin.

¿Qué cosas teme la gente sin fundamento? Muchas, por ejemplo ahora hay bastante miedo a la radiación, a la del teléfono móvil o al wifi, aunque no existe evidencia de que sea perjudicial. Suele ocurrir que se teme aquello asociado a las nuevas tecnologías que van apareciendo unidas a los modos modernos de vida. Pero a veces la adicción a las redes sociales es mayor que el miedo, por eso hay gente que critica el wifi en estados de Facebook. También se teme a “lo químico”, cuando todo es química. Se piensa que lo natural es bueno y lo no natural malo, cuando hay venenos naturales que pueden matarte y sustancias no naturales, como ciertas medicinas, que pueden salvarte la vida.

¿Es la pseudociencia un gran problema en nuestras sociedades? En Reino Unido hay astrólogos en los periódicos y la gente se gasta millones en homeopatía, reiki o acupuntura. Son cosas que no se basan en la evidencia y, de hecho, muchos consumidores lo saben, pero lo siguen utilizando porque les sienta bien, les divierte, lo disfrutan. Son elecciones que se hacen.

¿Comunican bien los científicos su actividad? A veces pueden ser arrogantes o descuidar la comunicación porque están muy ocupados por la investigación. Pero es importante que se comuniquen continuamente con el público y se esfuercen por hacerlo de manera sencilla, de manera que se les pueda entender.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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