_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El día después

Para que el cambio sea efectivo los partidos en la oposición deberían ir más allá de coaliciones negativas para bloquear la iniciativa legislativa del Gobierno

Sandra León
Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría en el Pleno del Congreso
Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría en el Pleno del CongresoUly Martín

Las protestas y revoluciones sociales se sostienen a menudo sobre una coalición negativa de intereses. Así se llama al grupo de individuos y organizaciones que, siendo enormemente divergentes en sus preferencias sobre las cuestiones políticas más relevantes, se unen para acabar con el sistema político imperante.

Una alianza amplia y heterogénea puede ser tan efectiva a la hora de acabar con el statu quo, como insuficiente para construir un proyecto político común una vez cumplido su objetivo: las élites se fracturan, las divisiones emergen y al derrocamiento del régimen sucede un periodo de inestabilidad. Esa ha sido la historia y final de la revolución naranja en Ucrania en 2004 y de otras revoluciones en Latinoamérica.

¿Qué aplicación tiene la idea de coalición negativa en el contexto político español?

La idea puede capturar las posibles dinámicas parlamentarias en el día después de la investidura. Muchos se cuestionan estos días si el Parlamento podrá gobernar en la próxima legislatura, una manera algo desacertada de preguntarse si los partidos de la oposición serán capaces de formar mayorías legislativas.

Tal posibilidad supondría un cambio radical respecto a lo sucedido en el último Gobierno del PP, marcado por el ninguneo del Parlamento y un récord histórico en la utilización del decreto-ley. Sin embargo, para que el cambio sea efectivo los partidos en la oposición deberían ir más allá de coaliciones negativas, en las que la oposición se une para bloquear la iniciativa legislativa del Gobierno.

El bloqueo no solo puede conducir a la parálisis, sino impedir que la Cámara se convierta en un contrapeso eficaz a la acción del Gobierno mediante una oposición capaz de impulsar actividad legislativa.

Las dificultades radican en que la consecución de acuerdos legislativos en el Parlamento devuelve a los partidos a dilemas y estrategias parecidos a los que afloraron durante las negociaciones de los últimos meses. Y es eso lo que debilita la luz al final del túnel. @sandraleon_

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_