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¿Es Suiza un buen lugar para hacer amigos?

Diversos reportajes y un libro muestran las dificultades de adaptación de los extranjeros

Gente disfrutando de una cálida tarde de otoño junto al lago de Zurich.
Gente disfrutando de una cálida tarde de otoño junto al lago de Zurich. Christian Hartmann (REUTERS)

Como si se hubieran puesto de acuerdo, varios artículos hablan estos días de la dificultad que tienen los extranjeros para hacer amigos en Suiza. Y no hablamos de refugiados o inmigrantes económicos, sino de los privilegiados expats,o expatriados. Esos ejecutivos y especialistas llegados de medio mundo para trabajar en las multinacionales parecen encontrar su integración difícil, por no decir imposible.

Según una encuesta realizada por una empresa de servicios a expatriados, Suiza habría caído al puesto 31 en atractivo social. Entre otras críticas, los extranjeros destacan curiosidades como que: “Al saludar, los suizos se dan tres besos con desconocidos, pero pueden pasar años antes de que te inviten a su casa”. Y en un reportaje de la Swissinfo.ch titulado Suiza no es país para solteros, una expat asegura que “este es un magnífico lugar para morir, pero no para buscar calor humano y vida nocturna”. Sobra aclarar que estas acusaciones causaron intensos debates en las redes sociales.

Además, la periodista francesa Marie Maurisse ha causado un pequeño escándalo con su libro Bienvenidos al paraíso, presentado como “una investigación sobre la vida de los franceses en Suiza”. La autora, corresponsal de Le Monde, suelta perlas como que los suizos serían “racistas, fríos y envidiosos” y presenta Suiza como una especie de purgatorio en el que “la lengua común es lo que les separa” de alemanes, franceses e italianos. Resumiendo, nada que ayude mucho a hacerse apreciar por los nativos, quienes reaccionaron airados al libro.

Pero lo curioso del caso es que, al mismo tiempo que se muestran estos problemas reales o imaginarios, las parejas mixtas son legión y hay más de un 25% de extranjeros viviendo en Suiza. Algo inaudito para cualquier otro país europeo. Lo que lleva a pensar que algo estará haciendo muy bien este país que se ha convertido en una especie de El Dorado para profesionales europeos de alto nivel.

Aunque las fiestas con amigos brillen por su ausencia.

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