20 películas que seguro has visto y no sabías que eran porno
Te contamos cómo y por qué algunos de tus filmes favoritos podrían ser clasificados XXX
Cuando el crítico de arte Roland Penrose le preguntó a Picasso qué opinaba de la distinción entre erotismo y pornografía, éste le contestó: “Ah, ¿es que hay alguna diferencia?”. Y es que las fronteras entre ambos géneros son tan difusas que muchas veces llevan al espectador a confundirse.
Uno de los casos más evidentes es el del cine. Mientras hay películas que se han metido en el gueto porno y son auténticas joyas del séptimo arte (Garganta profunda, Tras la puerta verde o El diablo en la señorita Jones), otras se han estrenado en salas comerciales a bombo y platillo, a pesar de incluir sexo explícito.
Un estudio de la Sociedad Británica de Psicología sostiene que la inteligencia de los hombres disminuye cuando contemplan mujeres desnudas, quizá por eso nos liamos a la hora de hacer las oportunas clasificaciones. Va siendo hora de enfriar la cabeza y repasar un puñado de filmes que, apoyados en coartadas cinéfilas, hemos metido en el saco de “normales”… y en realidad son bastante porno.
1. ‘Eyes wide shut’ (1999): Tom Cruise y Nicole Kidman en busca del placer
De qué va. De cómo William (Tom Cruise), prestigioso médico neoyorquino y cabeza de una familia feliz, ve cómo su vida da un vuelco cuando su mujer Alice (Nicole Kidman) le confiesa que ha tenido fantasías sexuales con desconocidos. A raíz de esto, William explora sus propias perversiones, tomando contacto con una sociedad secreta consagrada a la búsqueda del placer.
Por qué es porno. Por la retorcida visión del sexo que ofrece el director, Stanley Kubrick. Desde la larguísima escena de la orgía de máscaras, donde se mezclan inquietantes ritos paganos con todo tipo de aberraciones sexuales, hasta las tórridas escenas de alcoba donde, efectivamente, vemos a Nicole Kidman sin ropa. Por cierto, Cruise y Kidman estaban casados en aquella época (1999), aunque su matrimonio apenas duró un año más.
La película es tan morbosa que las productoras de cine porno lanzaron infinidad de parodias y versiones (más) explícitas: la más recomendable de las cuales es Open relationship, donde las estrellas porno Romi Rain y Danny Mountain emulan a Kidman y Cruise.
2. ‘Lucía y el sexo’ (2001): sexo explícito con ínflulas intelectuales
De qué va. Lucía (Paz Vega) es una camarera madrileña que se escapa a la isla de Formentera tras la misteriosa desaparición de su novio Lorenzo (Tristán Uloa). Pero en lugar de una nueva vida, Lucía encuentra a los fantasmas de su tórrida relación, cuyos ratos de cama son plasmados en el filme con pelos y señales.
Por qué es porno. Porque su metraje está trufado con escenas de alto voltaje erótico, que provocaron que en Estados Unidos tuviera problemas hasta para insertar anuncios en ciertos periódicos. Pese a esto, o precisamente por esto, arrasó en taquilla. El público acudió en masa para ver a Paz Vega desnuda, haciendo pipí, duchándose o copulando en muy variadas posturas y situaciones. También Elena Anaya aparece como Dios la trajo al mundo, en una turbadora escena de masturbación. El director, Julio Medem, reconoció: “Hay situaciones de sexo totalmente explícito, muy al límite de la pornografía. La historia lo exigía así y así lo he rodado”.
3. ‘El amante’ (1992): la pasión no tiene edad
De qué va. Año 1929. En el Vietnam colonial, una adolescente francesa (Jane March) conoce a un apuesto comerciante chino (Tony Leung Ka Fai) que podría ser su padre o, al menos, su hermano mayor. Pese a su diferencia de edad y las tensiones entre sus respectivas etnias, se hacen amantes.
Por qué es porno. Esta adaptación de la ya erótica novela de Marguerite Duras se beneficia de la belleza de los cuerpos de sus protagonistas que, al pasarse gran parte del metraje revolcándose desnudos, hacen que la película no aburra en ningún momento. El resto, es mérito del director, Jean-Jacques Annaud, capaz de convertir los fogosos encuentros en algo susceptible de ganar premios.
A Jane March se le dieron tan bien las escenas de cama que se quedó encasillada en papeles eróticos: “Estoy harta del sambenito de tía salida”, se quejaba durante la promoción del thriller erótico El color de la noche.
4. ‘Diario de una ninfómana’ (2008): censurada en las marquesinas
De qué va. Val (Belén Fabra), una joven en apuros económicos y muy aficionada al sexo, decide meterse a prostituta de lujo para salir de pobre y, ya de paso, hacer carne todas sus fantasías sexuales.
Por qué es porno. Un débil hilillo argumental sirve de pretexto al director barcelonés Christian Molina para hilvanar secuencias de sexo, un tanto entorpecidas por una desafortunada voz en off y una moralina que choca con la propuesta estética de la película.
El resultado sólo asustó a los sectores tradicionales de la sociedad española: el cartel del filme, donde vemos a una mujer metiéndose la mano en la braguita, fue prohibido en las marquesinas madrileñas.
5. ‘¡Átame!’ (1990): Almodóvar X
De qué va. Un huérfano inadaptado que atiende por Ricky (Antonio Banderas) se obsesiona con la actriz porno Marina (Victoria Abril), de la que se enamoró locamente el día que se acostó con ella. Movido por la pasión, la secuestra, decidido a no soltarla hasta hacerle comprender que es el hombre de su vida.
Por qué es porno. Incluye una de las mejores escenas de sexo de la historia del cine español, donde el director, Pedro Almodóvar, se recrea en la química existente entre los actores y los filma hasta en un espejo situado en el techo. Por si fuera poco, está la famosa escena de la bañera, donde un muñeco Madelman modelo buceador se mete entre las piernas de Victoria Abril… y la hace sonreír.
¡Átame! se estrenó justo después de la oscarizada Mujeres al borde de un ataque de nervios, así que las distribuidoras estadounidenses la compraron a ciegas, y se encontraron con un filme de alto contenido sexual que de entrada fue clasificado X.
6. ‘Calígula’ (1979): el Imperio Romano se desata
De qué va. Narra la ascendencia y caída del emperador romano Calígula (interpretado por Malcolm McDowell), centrándose muy especialmente en su proverbial afición a las orgías.
Por qué es porno. Para empezar, Calígula fue producida por el brazo fílmico de la revista porno Penthouse. Además, fue dirigida por Tinto Brass, cineasta especializado en erotismo que despliega una sucesión de escenas donde hay de todo: masturbaciones, felaciones, cunnilingus, lésbicos, sadomasoquismo, sexo gay y, por supuesto, orgías.
Cinco años después de su estreno, el editor de Penthouse, Bob Guccione, produjo una versión “sin censura” que incluía las perversiones que ni Brass se atrevió a rodar.
7. ‘Soñadores’ (2003): trío incestuoso en París
De qué va. París, 1968. Isabelle (Eva Green) y su hermano Theo (Louis Garrel) aprovechan que sus padres están de viaje para invitar a su casa al estudiante norteamericano Matthew (Michael Pitt). Los tres juntos se enredarán en una serie de juegos emocionales y eróticos que los llevarán muy lejos.
Por qué es porno. Bernardo Bertolucci, que ya había escandalizado al mundo con El último tango en París, trató de repetir la jugada 30 años después. Por supuesto, el resultado no fue ni la mitad de epatante, pero pudimos ver a la bellísima Eva Green haciendo un trío con dos hombres en la bañera. Y es que como bien dijo Bertolucci en una de las entrevistas de la época, “la transgresión no se puede conseguir ya, porque ya no hay tabúes”.
8. ‘La vida de Adèle’ (2013): escándalo en el festival de Cannes
De qué va. Una adolescente llamada Adéle (Adéle Exarchopoulos) descubre las delicias del sexo en brazos de Emma (Léa Seydoux), una jóven de pelo azul de la que se enamora perdidamente.
Por qué es porno. Si tenemos en cuenta que dura tres horas, no es tanto el tiempo dedicado a los encuentros sexuales de las protagonistas. Pero se trata de un metraje altamente explosivo. Para interpretar las escenas de cama, las actrices tuvieron que ponerse en sus respectivas vaginas prótesis fabricadas con goma y pelo artificial.
La película sembró el escándalo en el festival de Cannes y hasta las propias actrices consideraron excesiva la decisión del director, Abdellatif Kechiche, de rodar unas escenas sexuales tan largas y detallistas: “Lo más complicado era repetirlas una y otra vez, porque llega un momento en que te sientes humillada y desquiciada”, confesó Seydoux.
9. ‘Las edades de Lulú’ (1990): de la curiosidad a la voluptuosidad
De qué va. Cuando tenía 15 años, Lulú (Francesca Neri) tuvo una inolvidable experiencia sexual con Pablo (Óscar Ladoire), un adulto amigo de sus padres. Años después, la pareja vuelve a encontrarse para poner en práctica todos los deseos prohibidos que han ido alimentando a lo largo de años.
Por qué es porno. Ángela Molina, que fue la actriz elegida para hacer el papel de Lulú, abandonó el proyecto diez días antes de empezar el rodaje alegando: “Me habían vendido una historia de erotismo elaborado que, a la hora de la verdad, es un porno”.
Y no le faltaba razón. Este filme, que originalmente fue titulado por su director Bigas Luna De la curiosidad a la ninfomanía, no es una película normal donde a veces hay sexo, sino una gran bacanal trufada con escasos instantes no-eróticos. La película supuso también el descubrimiento de Javier Bardem, que forma parte de una escena de sexo grupal.
10. ‘Ken Park’ (2002): libertinaje juvenil
De qué va. Las locuelas peripecias de una pandilla de adolescentes californianos de clase media, que matan su angustia existencial viendo la tele, practicando skate y perpetrando juegos eróticos.
Por qué es porno. Con la excusa de ofrecer un crudo retrato de la juventud yanqui, los directores, Larry Clark y Edward Lachman, bordan una sucesión de escenas de sexo explícito y sudoroso. Su estreno fue prohibido en Australia y en varios estados norteamericanos.
11. ‘Y tu mamá también’ (2001): triángulo de amor bizarro
De qué va. Tenoch (Diego Luna) y Julio (Gael García Bernal) son dos jóvenes mexicanos que conocen en una fiesta a una tal Luisa (Maribel Verdú), una española diez años mayor que ellos, casada con un primo de Tenoch y un poco deprimida. Sin pensárselo dos veces, Luisa y los dos amigos emprenderán juntos un viaje en coche a la deriva lleno de tensiones, peleas y mucho sexo.
Por qué es porno. Maribel Verdú revalidó su condición de mito erótico protagonizando esta cinta mexicana dirigida por Alfonso Cuarón donde hace un trío con Gael García Bernal y Diego Luna, en una antológica escena en la que les practica sexo oral a los dos mientras ellos se besan.
La película fue clasificada exclusivamente para mayores de edad en México, lo que provocó manifestaciones en las puertas de los cines de menores que querían entrar para contemplar las artes amatorias de la Verdú.
12. ‘Intimidad’ (2001): sexo furtivo y lacónico
De qué va. Kerry Foz y Mark Rylance interpretan a una mujer y un hombre, completamente desconocidos, que tienen encuentros sexuales a escondidas una vez a la semana. Ella llega a casa de él, se desnudan y hacen el amor en el suelo sin mediar palabra. Hasta que llega un momento en el que el hombre empieza a interesarse por la vida de la mujer.
Por qué es porno. La forma, fría y silenciosa, en la que copulan los protagonistas, y el hecho de que no sean precisamente sex symbols, sino un hombre y una mujer de mediana edad y físico del montón, hace que las escenas de sexo de este singular largometraje recuerden poderosamente al porno amateur.
La película se llevó el Oso de Oro en el Festival de Berlín y en general tuvo buenas críticas, pero al crítico Carlos Boyero no le hizo ninguna gracia: “Detestable. Los personajes me repelen. Son feos, sucios, vulgares y lerdos. Y si el rollo va de sexo puro y duro, prefiero cualquier porno mediocre”.
13. ‘El último tango en París’ (1972): un clásico que se adelantó a los tiempos
De qué va. De un estadounidense maduro (Marlon Brando) y una joven francesa (Maria Schneider) que se encuentran por casualidad cuando van a ver un piso vacío en París, y acaban manteniendo relaciones sexuales como si tal cosa. Después, se citan para un nuevo encuentro sexual sin preguntarse ni los nombres.
Por qué es porno. Por su baconiana colección de escenas de sexo explícito, entre las que destaca el ya legendario momento en el que Maria Schneider es sodomizada con mantequilla por Marlon Brando; una idea que se le ocurrió al propio actor mientras desayunaba. El director, Bernardo Bertolucci, decidió ocultar esa parte del guión a la actriz para darle realismo a la escena.
Sobre la escena, Schneider dijo: "Bertolucci me utilizó y me humilló. Me obligó a hacer algo que no estaba en el guión”.
14. ‘Amantes’ (1991): cuando un hombre ama a dos mujeres
De qué va. Paco (Jorge Sanz) es un chico que acaba de hacer la mili y decide asentarse en Madrid y casarse con Trini (Maribel Verdú), su novia de toda la vida. Todo se tuerce cuando una viuda alegre llamada Luisa (Victoria Abril) seduce a Paco y ambos caen en una relación obsesiva y viciosa que eclipsa el inocente amor de Trini.
Por qué es porno. Amantes es un thriller ambientado en la España de los años 50, y lleno de momentos excitantes. El letal triángulo amoroso en el que se ve inmerso el personaje de Jorge Sanz sirve de excusa para plasmar en la gran pantalla dos tipos de relaciones sexuales: las tiernas y candorosas (que le ofrece su novia formal) y las salvajes y lascivas (cortesía de su amante, que llega a usar la técnica del pañuelo anal para aumentar su placer).
El director, Vicente Aranda, tiró la casa por la ventana y filmó las escenas de cama como nadie las había filmado antes, al menos en España. Quizá sea porque, como bien dijo su amigo y colaborador Román Gubern, “él era ateo, pero de los de verdad, así que el sentido de su vida venía dado por el sexo”.
15. ‘Shame’ (2011): retrato de un sexoadicto
De qué va. Brandon (Michel Fassbender) es un joven neoyorquino de lubricidad desbocada. Enganchado al sexo, se pasa la vida consumiendo pornografía, manteniendo relaciones esporádicas con desconocidas o contratando los servicios de prostitutas. Un buen día, recibe una visita sorpresa de su hermana pequeña Sissy (Carey Mulligan), que pretende pasar unos días con él.
Por qué es porno. Por su constante bombardeo de imágenes escabrosas, que incluyen masturbaciones, aquí-te-pillo-aquí-te-mato con mujeres de mala vida, escarceos homosexuales en clubes de ambiente y un desnudo frontal que demostró al mundo lo bien dotado que está Fassbender.
Pese a la alta carga erótica de la cinta, no se trata de una visión del sexo festiva y positiva, sino más bien todo lo contrario. Según el director, Steve McQueen, “la película se centra en una persona que goza de todas las libertades occidentales y que, a través de su aparente libertad sexual, crea su propia prisión”.
16. ‘Henry y June (El diario íntimo de Anaïs Nin)’ (1990): peripecias de una bohemia epicúrea
De qué va. Ambientada en los años 30, la película está inspirada en los libidinosos diarios de la escritora Anaïs Nin (interpretada por Maria de Medeiros), especialmente en la relación que tuvo con el novelista Henry Miller (Fred Ward) y su esposa June (Uma Thurman).
Por qué es porno. Por la alta densidad que contiene de cuerpos desnudos. Especialmente atractivas son las escenas lésbicas, donde los cuerpos de Uma Thurman, Maria de Medeiros y Brigitte Lahaie se funden en una sinfonía carnal no apta para cardíacos.
El director, Philip Kaufman, se inspira en los diarios de Anaïs Nin, quien, como es sabido, consideraba que su vida sexual y su literatura eran indisolubles.
17. ‘El imperio de los sentidos’ (1976): canto a la lujuria
De qué va. Tokio, 1936. Sada Abe (Eiko Matsuda), una ex prostituta que ahora sirve en un hotel, y el dueño del establecimiento, Kichizo (Tatsuya Fuji), se encierran en un cuarto para entregarse a una especie de maratón sexual, donde todo vale con tal de maximizar los orgasmos.
Por qué es porno. Primero, porque los actores copulan de verdad. Y segundo, porque es casi un catálogo de perversiones sexuales, que van desde el sadomasoquismo a la castración. ¿La excusa? Como dice el protagonista masculino, “mi placer radica en darte placer a ti y obedecer todos tus deseos”.
El director del filme, Nagisa Oshima, tuvo que registrarlo en Francia, puesto que las leyes niponas no lo habrían permitido que lo hiciera en suelo japonés. Aunque se estrenó en Cannes, donde dejó mudos a los espectadores más curtidos, fue vetada en el Festival de Nueva York y prohibida durante muchos años en países como Canadá, Irlanda o Japón.
18. ‘9 songs’ (2004): sexo, juguetes y música pop
De qué va. La estudiante estadounidense Lisa (Margo Stilley) y el londinense Matt (Kieran 0’Brien) se conocen en un concierto del grupo Black Rebel Motorcycle Club e inician una relación en la que el sexo lo es todo.
Por qué es porno. Más que porno, porno pop, pues la película se compone de un puñado de escenas de cama entre los protagonistas y actuaciones de bandas de pop alternativo como Primal Scream, The Dandy Warhols o Franz Ferdinand.
Esto, y el hecho de que el filme esté dirigido por el pope del cine indie Michael Winterbottom, permitieron que fuera estrenado en salas comerciales, pese a ser porno: de hecho, los actores mantienen relaciones sexuales de verdad.
19. ‘Habitación en Roma’ (2010): sin salir de la cama
De qué va. Una rusa (Natasha Yarovenko) y una española (Elena Anaya) se conocen en un hotel de Roma y pasan doce horas juntas, sin salir de la habitación, donde intercambian risas, confidencias y fluidos corporales.
Por qué es porno. Tras varios descalabros en taquilla, el director vasco Julio Medem volvió a probar suerte con la fórmula de Lucía y el sexo, es decir: sexo, sexo y sexo. Esta vez, sin coartada de ningún tipo y sin hombres que enturbiaran sus fantasías. Sólo un par de actrices de bandera susurrándose, besándose, chupándose y, en fin, amándose como si no hubiera mañana. Ya lo dijo la Yarovenko: “Elena y yo nos hemos desnudado físicamente, pero también emocionalmente”.
20. ‘Nymphomaniac’ (2013): hazañas lúbricas
De qué va. En una noche de perros, un viejo solterón (Stellan Skarsgard) se tropieza en una callejuela con una joven herida (Charlotte Gainsbourg). Tras llevarla a su casa, la chica le cuenta los pormenores de su vida, que ha estado llena de baches, tinieblas y, cómo no, sexo.
Por qué es porno. Porque así lo quiso su director, el indomable Lars von Trier. Tras el Anticristo, cuando ya creíamos que lo habíamos visto todo, el director danés decidió quemar naves con un filme de alto contenido pornográfico y más de cinco horas y media de duración, que se tuvo que estrenar en dos partes y en dos versiones: una más explícita y otra recortada.
Para las escenas de sexo, el cineasta compuso digitalmente los genitales de actores porno en los cuerpos del reparto de su película. A pesar de esto, Charlotte Gainsbourg, la protagonista, se quejó en las entrevistas de la dureza de su trabajo junto a Von Trier: “Es un obseso sexual y me hizo sentir fatal. Pero al final sólo hubo dos cosas que me negué a hacer en Nymphomaniac: masturbar a un actor porno y aparecer en el mismo plano que él mientras se masturbaba”.
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