Viaje por la depresión a través de la fotografía
El artista sudafricano Tsoku Maela visibiliza la enfermedad mental a través de su obra 'Abstract Peaces'
Tras pasar una semana en observación en un hospital por un fuerte dolor que le oprimía el pecho, Tsoku tuvo mucho tiempo para pensar. No era la primera vez que acudía al médico ni que salía de allí sin un diagnóstico. “Estar con otros pacientes que llevaban más tiempo me hizo pensar mucho sobre mi vida y sobre lo que quería hacer con ella. Así que cuando volví a casa empecé a documentar cómo me sentía a través de la fotografía”. Así fue como Tsoku Maela empezó su carrera como fotógrafo.
Abstract Peaces es un diario fotográfico de las visiones y sensaciones del sudafricano, un autorretrato metafórico de las diferentes etapas de su depresión y ansiedad: una cabeza que se convierte en humo, la dualidad cuerpo-mente, el miedo representado por tiburones, la soledad, la espera, la huída, la rabia y el arrepentimiento. Sentimientos universales y humanos plasmados en imágenes surrealistas.
Aproximadamente un 30% de la población mundial tiene algún trastorno mental, y la mayoría no recibe los cuidados necesarios. Se calcula que en 2020 los más comunes, como la depresión, la ansiedad o los relacionados con el consumo de alcohol y otras sustancias, provocarán más inhabilitación que las enfermedades como el VIH, las dolencias cardíacas, las guerras y los accidentes de tráfico juntas, según un estudio publicado por el National Center for Biotechnology Information.
Son los sanos los que llevan el mundo a la catástrofe, pero es a los ‘locos’ a quienes encierran y sedan
A pesar de que la máxima de la Organización Mundial de la Salud es No hay salud sin salud mental, este tipo de trastornos y enfermedades siguen siendo muchas veces invisibles, especialmente en gran parte de África donde sufren de un fuerte estigma social y son totalmente ignoradas. Países como Sudáfrica, con poca inversión en prevención, diagnóstico y tratamiento, tiene tres problemas claves, según Maela. El primero es la escasa atención por parte de Gobierno e instituciones a este tipo de patologías: “Lo primero que tienen que hacer las instituciones es dejar de improvisar diagnósticos a los pacientes. El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM, por su siglas en inglés) es literalmente la lista de verificación más glorificada. Con ese libro los psiquiatras pueden identificar enfermedades mentales basadas en algunos patrones de conducta. ¿Se diagnostica y se trata a los pacientes tras una sola consulta? Eso no puede ser científico”, critica.
El segundo problema es la extrema medicalización de la sociedad: “La industria farmacéutica es multimillonaria, como lo es el complejo de prisiones. Los pacientes no pueden estar sobremedicados como lo están y esperar que se recuperen. Hay que rehabilitar y equipar a las personas con habilidades. Darles un propósito, y entonces vivirán de lleno sus vidas. Desde mi punto de vista, son los sanos los que llevan el mundo a la catástrofe, pero es a los locos a quienes encierran y sedan”, asegura Maela.
El tercer problema es la pobreza y desigualdad. Con más de un 50% de población viviendo bajo el umbral de la pobreza, con una generación que aún sufre los traumas del apartheid y una desigualdad galopante que genera una mayor criminalidad y violencia cotidiana, Sudáfrica es un ejemplo de que la pobreza es una de los mayores causantes de enfermedades como la ansiedad y depresión, con uno de cada tres sudafricanos que padecen o han padecido depresión a lo largo de su vida. “Empecé a ver que la situación aquí es la misma que la de la gente negra en todo el planeta. Hay una profunda cuestión sistémica y un asombroso contraste entre los habitantes de las zonas rurales y urbanas. Un montón de jóvenes negros aún luchan en silencio, pero la situación está cambiando. Está pasando de ser una mirada más social a ser una más personal”, asegura Maela.
El artista utiliza la fotografía como terapia y su objetivo es inspirar a los jóvenes para que puedan hablar de ello en sus comunidades.
A través de la serie Abstact Peaces el fotógrafo pone sobre la mesa la percepción de la salud mental en la sociedad sudafricana y la posibilidad de usar herramientas alternativas como terapia. En su caso, la fotografía: “Pienso que Abstact Pieces puede mostrar a la gente que todavía puede hacer cosas sorprendentes independientemente de sus circunstancias. La verdadera lucha con la salud mental no es en realidad la condición, sino la percepción de uno mismo y el hecho de ser como uno más. No quieres sentirte como diferente o raro. Así que Abstact Peaces ha inspirado a muchos jóvenes para seguir adelante, para hablar de ello y usarlo en proyectos escolares ¡eso es increíble!”, cuenta el fotógrafo.
Para él, la fotografía ha sido una especie de “salvación” en su camino por la depresión y una manera en la que poder aprender a expresarse: “Yo pinto con la luz, por eso escogí la fotografía. Era algo que podía aprender rápido y creo que tengo sensibilidad para ello”. La necesidad de aprender sobre fotografía como fórmula de autoterapia le ha abierto el camino a nuevos proyectos como su nueva serie Barongwa, recién inaugurada en Ciudad del Cabo: “Barongwa — ‘ángeles guardianes’ en sepedi, mi lengua materna— trata sobre la identidad desde un punto de vista espiritual. Elegí esa perspectiva porque ahora estoy inmerso en ello, alejado del mundo y de sus reglas de compromiso y poniendo atención a mis necesidades espirituales fuera de la religión organizada. También cuestiono todo lo que nos han contado sobre nuestros orígenes y muestro como todos los textos sagrados en realidad dicen lo mismo. Muchos se han perdido en las traducciones”, explica Maela.
¿Qué ha aprendido de la fotografía en esta trayectoria? “Es un proceso en el que se gana a través de la omisión. Enseño al público lo que quiero, encuadrando los objetos o dejándolos fuera, pero lo dejó a la interpretación. Esto requiere mucha escucha y mucha paciencia. También he abierto los ojos con otra mirada al mundo, intentando siempre crear luz en la oscuridad”.
Wiriko es una asociación cultural que tiene como objetivo la difusión de las manifestaciones artísticas y las culturales africanas contemporáneas. Desarrolla actividades de divulgación a través de un magacín en línea y de formación mediante el Aula Virtual.
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