Arquitectura de la ciudad como lienzo de la memoria histórica
El colectivo artístico sudafricano Burning Museum llega al Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles (Madrid) para participar en la exposición colectiva 'Objetos frontera'
“Quemar las viejas ideas de la historia que no nos representan”. Ese es el objetivo de Burning Museum, un colectivo de artistas sudafricanos nacido en 2013. “El nombre de nuestro colectivo nos parece apropiado por el contenido del trabajo que hacemos, porque estamos interesados en la historia y cómo hemos sido representados en ella. Los museos normalmente se apropian la tarea de mostrar la historia y nosotros cuestionamos en muchos sentidos la forma en la que la historia ha sido contada y representada en Sudáfrica”, afirma Justin Davy, uno de los miembros del colectivo. Burning Museum, que tiene su taller en un importante centro artístico de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Greatmore Studios, está formado Justin Davy, Jarret Erasmus, Grant Jurius, Scott Williams y Tazneem Wentzel, cinco artistas interesados en historia, el patrimonio y en el lugar que ocupan en la ciudad.
La recién inaugurada exposición Objetos frontera, que se puede visitar hasta el mes de febrero en el Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles (Madrid), surgió tras tres encuentros en Ciudad del Cabo, Porto Novo (Benín) y Dresde (Alemania) que ponían el foco principalmente en los artefactos culturales que se pueden encontrar en los museos europeos. En este nuevo encuentro expositivo en Madrid, Burning Museum ha participado con una intervención llamada En el mismo barco, que consiste en una instalación multimedia hecha a base de pasta de harina, escultura, vídeo y objetos que han ido encontrando. Davy cuenta que el punto de partida de la obra es su propio sentir en el proceso de recibir invitación a Europa para exponer, poniendo de relevancia los pasos fronterizos al tener ellos mismos el privilegio de poder pedir el visado Schengen como artistas invitados. También han querido reflejar a las personas que migran y refugiadas que no tienen tanta suerte y se ven obligadas a hacerlo por cuestiones económicas o para huir de una guerra. En paralelo, el colectivo añade el imaginario colonial de esos pasos fronterizos, lo que el propio colectivo llama “viajes de descubrimiento”, y que tiene Cristóbal Colón como protagonista principal.
El trabajo del colectivo trata cuestiones como la gentrificación, la deslocalización y la migración a través de la intervención de espacios públicos
Pero el trabajo de Burning Museum en Ciudad del Cabo, su ciudad de origen, va más allá y habitualmente se encuentra fuera de los museos. Allí, las paredes de las calles son los lienzos que albergan memoria histórica: “Los espacios públicos son lienzos interesantes que han dejado historias escritas en el cemento”, explica Tazneem Wentzel, otra de las integrantes. El colectivo empezó a trabajar a partir de la utilización de un archivo de retratos fotográficos llamado Archivo Van Kalker, del Museo District Six. Proviene de un estudio de fotografía creado por un fotógrafo holandés llamado J. G. Van Kalker en 1937, muy conocido en la región Cabo Occidental por sus retratos de familia en plena institucionalización del apartheid. El estudio estaba situado primero en el barrio de Woodstock y más tarde en el de District Six, donde hoy se encuentra el museo, ambos con una población multiétnica y con una grave historia de desalojos durante la época del apartheid. “El trabajo [fotográfico] fue liberado del museo y puesto de nuevo en la calle. Las imágenes de gente que fue desalojada a la fuerza del área de Ciudad del Cabo fueron puestas de nuevo en los muros de la ciudad”, cuenta Davy. Para él, el modelo de ciudad que se está gestando y las implicaciones sociales que tiene no es nuevo: “Si miramos la historia, la gentrificación no es algo nuevo. Ha sucedido durante siglo en Ciudad del Cabo a través del colonialismo y del apartheid. Ese es el punto de partida de nuestro trabajo y ahora miramos de forma natural la manifestación actual de esa gentrificación”, asegura.
El tren de la ciudad que une centro con la periferia ha sido ya convertido en un museo móvil a través de la intervención del colectivo en 40 vagones. Y este mismo tren vuelve a aparecer en la instalación New Metro dentro de la exposición colectiva Plakkers en la galería Brundyn+: “La instalación hace referencia a los vagones de los trenes sudafricanos. La fachada está hecha a base de trozos de manteles de linóleo, muy típico de las casas de la clase trabajadora. Representa tanto el espacio público como el privado, con un sinfín de ojos pegados en la pared por detrás. Esos ojos juiciosos y amenazantes recuerdan al espectador su continúa vigilancia en una ciudad que cada vez está más monitoreada y patrullada para favorecer los intereses de los más adinerados”. Ese tren, muy simbólico en cuanto a la relación centro-periferia y clases sociales, y tan presente en la dinámica de la ciudad, transporta a Burning Museum a los barrios más periféricos de la ciudad, donde también intervienen, de donde la mayoría de ellos provienen y donde históricamente realojaron a esas familias que podemos ver en los retratos de Van Kalker, hoy a menudo plasmados en las calles.
Burning Museum tiene claro el impacto de las intervenciones en los espacios públicos. "El arte callejero es particularmente efectivo porque el lienzo es la arquitectura de la ciudad. Así como las vallas publicitarias afectan a la gente de forma subliminal, interviniendo en la arquitectura de la ciudad podemos insertarnos a nosotros mismos y nuestro trabajo en la rutinas cotidianas, o no tan cotidianas, de la gente”, asegura Davy. “Pensamos que hay espacio para diferentes niveles de compromiso con imágenes y mensajes. Ojalá el trabajo de los colectivos, se complemente entre sí y estimule el debate y la imaginación pública”.
*Wiriko es una asociación cultural que tiene como objetivo la difusión de las manifestaciones artísticas y las culturales africanas contemporáneas. Desarrolla actividades de divulgación a través de un magacín on line y de formación mediante un Aula Virtual.
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