¿Lady Gaga copia a Madonna o no?
La cantante estrena su nuevo álbum y de nuevo surgen comparaciones con la reina del pop
Aunque su lanzamiento oficial será el próximo día 21, la espera desde anoche se hará más corta para los fans de Lady Gaga. En un mini concierto de promoción de algo menos de media hora, Gaga desveló el concepto de su nuevo trabajo, titulado Joanne. Después del lanzamiento del primer adelanto titulado Perfect Illusion el mes pasado, la antes conocida como "madre monstruo" descubrió tres canciones nuevas del disco y confirmó que en esta nueva etapa se presenta como una cantante menos pop y más rockera. Incluso como una cantautora folk.
La neoyorquina interpretó tres temas nuevos, Sinner’s Prayer, A-Yo, y Million Reasons, y tras el concierto lanzó este último como single en Apple Music y Spotify, para después despedirse del reducido grupo de fans que abarrotaba el bar de Nashville (Tennessee) con la eufórica Perfect Illusion. En el nuevo single Million Reasons, Gaga aparece como lo venía anunciando días atrás en las redes sociales. Con un look country y un sonido con predominio de las guitarras. A lo Caitlyn Jenner, Lady Gaga publicaba una foto suya hace unos días sujetando una guitarra acústica y la titulaba “Llamadme Joanne”, el nombre que ha puesto al disco en honor a una tía suya que murió de lupus cuando ella tenía 19 años. También es su segundo nombre, Stefani Joanne Angelina Germanotta. Anoche los asistentes al concierto terminaron coreando al unísono ¡Joanne!, pero lo cierto es que el cambio de estética, alejada de extravagancias, el de sonido, ni tampoco el de nombre, están funcionando como se esperaba. Además, esta reinvención no parece haberle servido a Gaga para afianzarse como una solista original, sino todo lo contrario. Una vez más, se ha vuelto a compararla con Madonna.
El primer single ha sido un fracaso en las listas. Perfect Illusion debutó en el puesto 15 del Billboard Hot 100, para caer al 42 la semana siguiente. En su tercera semana ya está en el 59. Son cifras muy discretas para uno de los pesos pesados del pop mundial en los últimos años. Los motivos para la débil acogida del tema pueden ser desde la falta de promoción, una decisión de la propia Gaga que a los 30 años quería dar un giro a su carrera alejándose de los parámetros de la industria, hasta el hecho de que su nueva encarnación no gusta a sus fans de siempre, que esperaban el regreso de la diva extravagante de éxitos pop-dance como Poker Face o Bad Romance. Su último álbum en solitario Artpop es de hace tres años, pero en este tiempo la neoyorquina no se ha alejado de los focos. Disco con Tony Bennett y protagonista de la quinta temporada de la serie American Horror Story. Una exposición continua que no ha ayudado a que el púbico la echase lo suficientemente de menos. Para colmo, el lanzamiento de Perfect Illusion ha resucitado un fantasma que ya es un clásico en la trayectoria de Lady Gaga: las similitudes con Madonna. El tema fue comparado de inmediato con el número uno de la reina del pop de 1986 Papa Don’t Preach. Ya hay un montón de mezclas de ambas canciones en YouTube, y cuando Gaga descubrió en redes sociales parte de las imágenes de Joanne, de nuevo afloraron en los foros de Internet las alusiones a la Ciccone en su reinvención country del año 2000 para su disco Music, en el que también tiró de sombrero rosa y guitarra y exploró el electro folk de la mano del productor francés Mirwais. Si las comparaciones son justificadas o maliciosas es algo que no se puede demostrar, pero el caso es que la polémica se repite y Gaga sí parece que está copiando a Madonna en algo: las pobres ventas de su música.
Pese a las dificultades iniciales, Lady Gaga todavía tiene un largo recorrido para triunfar con Joanne. De momento la neoyorquina sigue apostando por una promoción discreta y enfocada a sus fans y un segundo single, Million Reasons, de corte emotivo y a priori poco comercial. Pero en el horizonte la cantante tiene su actuación en el intermedio de la Super Bowl, uno de los mayores escaparates para cualquier artista. Pero hasta en eso parece que no está teniendo buena suerte.
Ayer mismo se publicaba que Taylor Swift ha firmado un contrato millonario con la multinacional de telefonía AT&T que incluye un concierto el día antes de la final de la Super Bowl, en el llamado súper sábado, y en el mismo estadio (Houston). La audiencia de Gaga el día de partido será infinitamente mayor, pero el hecho es que Swift le va a robar protagonismo pisando el mismo escenario 24 horas antes. No todo son rivalidades en la relación de la Germanotta con sus colegas de profesión. Cobran cada vez más fuerza los rumores de que Beyoncé acompañará a Gaga en la Super Bowl, nada menos que para interpretar juntas por primera vez en directo Telephone, colaboración entre ambas de 2009 para el disco de Gaga The Fame Monster y que los fans de ambas aún no han podido disfrutar en vivo. Pero hasta que Lady Gaga brille en el Halftime Show pasarán casi cuatro meses desde el lanzamiento de su nuevo disco. Un periodo en el que Lady Gaga tiene el reto de afianzarse como una de las mujeres más poderosas de la música bajo el nombre de Joanne, o salir muy tocada de esta apuesta.
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