La final de Beyoncé
Un inesperado apagón de 34 minutos hizo las veces de epílogo a la actuación de la cantante El 'show' también sirvió para reunir a las antiguas componentes de Destiny's Child
Mucho antes de que comenzara, el partido de la Super Bowl ya había sido apodado como el concierto de Beyoncé. El intermedio, reservado para el artista musical del momento, suele tener más espectadores que el partido en sí, y la elegida de este 2013 llegaba dispuesta a consolidar esta tendencia como lo hiciera Madonna hace un año. Son más de 100 millones de espectadores en Estados Unidos, millones más en el resto del mundo y un cuarto de hora de espectáculo que puede marcar un nuevo hito en la carrera de la cantante y actriz a sus 31 años. Si alguien había cuestionado su compromiso con esta cita, después de cantar en playback el himno nacional durante la toma de posesión de Obama, Beyoncé saltó al escenario del Superdome de Nueva Orleans dispuesta a aclarar cualquier duda. Tanta fue la energía depositada por la cantante, que el inesperado apagón de 34 minutos que fundió a negro las televisiones de millones de hogares en el país y que la NFL y la CBS han prometido investigar, parece consecuencia de su show.
La cantante, vestida con su uniforme de cuero, melena suelta y tacones imposibles, apostó por un medley de grandes éxitos cosechados durante su carrera -arrancó con Love on Top y Crazy in Love,rodeada de una banda compuesta únicamente por mujeres y un elenco de bailarinas para dibujar cada una de sus coreografías. Después llegarían End of Time y Baby Boy, con las que la artista recuperó la escenografía de su espectáculo Revel y de los American Billboard Awards: una pantalla vertical para reproducir en canon los movimientos de la cantante y actriz, desdoblando y multiplicando su silueta hasta envolverla en un holograma por todo el escenario.
El half-time show, como se conoce al concierto del descanso, también deleitó a los seguidores de Beyoncé con la rumoreada reunión del grupo que le lanzó a la fama, Destiny’s Child. Una pausa después de ‘Baby Boy’ impulsaría hasta el escenario a Kelly Rowland y Michelle Williams, y con ellas compartió uno de sus primeros éxitos, Independent Woman y uno de los últimos, Single Ladies. Si el concierto sirvió para anunciar el regreso de este trío, también demostró que la forma física y vocal de Beyoncé sigue muy por encima de la de sus excompañeras.
El último acto, ya en solitario, y con el Superdome de Nueva Orleans teñido de azul, Beyoncé entonó su himno ‘Halo’ para cerrar un espectáculo eléctrico de música y baile, luces y fuego. La cantante estadounidense, capaz de agotar entradas de conciertos en apenas unos minutos y de movilizar a millones de fans en la red, se une así a la larga lista de estrellas como Madonna, Bruce Springsteen, Prince, Ella Fitzgerald o The Rolling Stones, que han hecho historia con sus conciertos en el intermedio de la competición deportiva con más espectadores de la televisión estadounidense.
Beyoncé también ha sido la encargada de diseñar el escenario sobre el que actuó este domingo, así como otros elementos de la escenografía: una plataforma con forma de dos rostros de perfil sobre el centro del campo -a diferencia de otros artistas, que prefieren uno de los fondos- rodeada de decenas de fans que envolvieron la actuación con el ambiente de un concierto. No faltaron ni las manos intentando acercarse a la artista ni el brillo de los teléfonos móviles grabando cada uno de sus movimientos.
La cantante ha trabajado con los realizadores del evento durante los últimos meses para acomodar el montaje que había diseñado con los requisitos que impone la final. El escenario debe poder montarse en apenas siete minutos, la actuación está limitada a apenas un cuarto de hora y, siete minutos después, la música debe abrir paso de nuevo al juego.
El pasado viernes, Beyoncé se defendió de las críticas por haber cantado en playback el himno nacional en la jura de Barack Obama y prometió que la actuación de la Super Bowl sería absolutamente en directo. “Yo nací para este concierto”, dijo el viernes la cantante ante la prensa. Este domingo lo demostró.
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